Emir omeya de Córdoba (886-888). Hijo y sucesor de Muhammad I. Siendo el príncipe heredero, derrotó al conde de Castilla Rodrigo en la Morcuera (866), fue vencido por Alfonso III de Asturias en Valdemora (878) y Castrojeriz (883), expulsó a Ibn Marwan de Badajoz (884) y emprendió una campaña contra Umar ibn Hafsun (886). La muerte de Muhammad I impidió la victoria de Al-Mundir, que murió (tal vez asesinado por su hermano Abd Allah) durante el asedio de Bobastro, el principal refugio de Umar ibn Hafsun
(Frederick Muni Meyer Weisenfreund; Lemberg, 1895 - Santa Bárbara, 1967) Actor de cine estadounidense. Hijo de un matrimonio de actores itinerantes, a los siete años se trasladó con su familia a Estados Unidos, estableciéndose en el bajo East Side de New York. A comienzos de 1918, el joven Muni se une a la compañía de teatro Yiddish Art Theater, junto a los cuales actuaría en sendas giras por Estados Unidos y Europa. Su debut teatral en lengua inglesa no llegó hasta los 31 años; fue en 1926, en la producción de Broadway “We Americans”. Para 1929, estaba lo suficientemente familiarizado con el inglés y bien asentado en Broadway como para firmar con la Century Fox
Su llegada al cine no pudo ser más triunfal: fue nominado por vez primera (lo sería en cuatro ocasiones más durante su carrera) al Oscar por The Valiant (1929). Pero no termina de adaptarse al medio cinematográfico, y tras su segundo filme, Seven faces (1929), regresa a Broadway, donde, en 1931, alcanza un gran éxito con la obra “Cousellor-at-law”.
Un año después, Muni cosecha dos auténticos triunfos, por su intensidad dramática, con dos joyas del cine negro norteamericano: el clásico de Howard Hawks Scarface, el terror del hampa (1932) y la excepcional Soy un fugitivo (1932), de Mervyn LeRoy, donde se caracteriza (y no por última vez en su carrera) de un hombre inocente víctima de las brutales represalias del sistema judicial-criminal de los Estados Unidos. Volvió Muni a ser nominado por su maravillosa interpretación, pero esta vez la preciada estatuilla iría a parar a las manos de un actor al que siempre admirará: Charles Laughton.
A partir de entonces, los hermanos Warner le captan con un contrato supermillonario, convirtiéndose en seguida en uno de los valores más seguros de los estudios en la década en curso. Creador de personajes en ocasiones demasiado intensos, concienzudo hasta límites enfermizos, siempre exigió leer previamente los guiones que le ofrecían interpretar y tener la última palabra en su elección. Famosa en la industria fue su meticulosidad en el maquillaje requerido para dar autenticidad a sus personajes.
Aunque sus fuertes papeles en dramas sociales y filmes negros le dieron a conocer en todo el mundo, Muni alcanza la popularidad total cuando los Warner le ofrecen interpretar la serie de biografías de hombres famosos que están preparando para la segunda mitad de la década de los 30 y que será dirigido íntegramente por William Dieterle. El ciclo se inicia con La Tragedia de Louis Pasteur (1936), con la cual Muni gana, por fin, el Oscar; continúa con La vida de Émile Zola (1937), uno de los mayores éxitos del Box Office en aquellos años, y un filme magnífico sobre la vida del célebre escritor francés; y se cierra con Juárez (1939), una interesante biografía, con guión del director John Huston sobre el conocido líder mexicano.
Aunque se había pensado en otros personajes dignos de llevarse a la pantalla, Paul Muni y los hermanos Warner rompen el contrato de mutuo acuerdo, lo que lleva al actor de origen austríaco a alternar los escenarios de Broadway con el cine, como era su deseo. Sus apariciones en la pantalla se van espaciando cada vez más, visitando Broadway con más asiduidad que Hollywood; buena prueba de ello fue el éxito inusitado que, en 1955, Muni consiguió en los escenarios con Inherit the wind.
Su último filme, The last angry man (1959), de Daniel Mann, sólo es importante por la presencia del propio Muni en él. Desde entonces, su deteriorada salud y una avanzada ceguera le mantuvieron prácticamente apartado de la interpretación.