Fotógrafo inglés. Entre 1870 y 1914 la investigación fotográfica viró, fundamentalmente, hacia el registro del movimiento. Se trataba de reducir al máximo el tiempo de exposición a fin de aproximarse a la instantánea, susceptible de revelar la estructura de un cuerpo en movimiento. En este sentido, las primeras respuestas las aportaría Muybridge, quien estaba intentando probar con ayuda de la instantánea que, en un determinado momento del trote del caballo, sus cuatro patas estaban al mismo tiempo en el aire, aspecto que contradecía años de representación pictórica.
Tomó sus primeras fotografías en 1872, pero no fue hasta 1877, tras conseguir apoyo financiero del gobernador de California Leland Stanford, cuando consiguió un juego completo de fotografías satisfactorias. Se trataba de un conjunto de placas de colodión húmedo, realizadas a velocidad de obturación de alrededor de una milésima de segundo, recurriendo para ello a sistema de relojería y mecanismos de cortocircuito que obturaban las cámaras al paso mismo de los caballos, al tocar éstos unos finísimos alambres estirados de un lado a otro de la pista. Ello registraba imágenes consecutivas de las diversas fases de su andadura
Los resultados de sus investigaciones aparecieron en publicaciones periódicas del mundo entero entre 1878 y 1879, demostrando, pese a que la instantánea no revelaba la estructura del movimiento sino que lo fijaba, que no todas las fases de locomoción estaban al alcance del ojo humano, dado que en un momento del recorrido el animal mantenía las cuatro patas en alto. Para Muybridge estaba claro que la discrepancia entre el dato objetivo fotográfico y la norma convencional iba a provocar buen número de dificultades a pintores y dibujantes
En 1882 Muybridge apareció ante una sesión especial de la Royal Institution de Londres proyectando con ayuda del zoopraxiscopio una serie de fotografías que daban la sensación de movimiento continuo. Después de ello vio con asombro como sus imágenes aparecían en varias publicaciones en las que no sólo se reproducían las tomas sino que se analizaban. En 1885 terminó su trabajo y, en 1887, lo publicó bajo el título “Animal Locomotion, an Electro-Photographic Investigation of Censecutive Phases of animal Movements”, obra muy bien acogida por artistas y hombres de ciencia. En 1901 se publicó en Londres una edición reducida titulada “The Human figure in Motion”. Las fotografías tenían por objeto principal servir de bocetos a los artistas. Eran como un inmenso atlas de la locomoción humana y animal: 781 placas con más de 20.000 figuras, en casi todas las fases del movimiento
Para dicha publicación se utilizaron fotografías tomadas entre 1782 y 1885 y hasta veinticuatro cámaras fotográficas para las vistas laterales, mientras que otras fueron situadas y articuladas por medios de ingeniosos cronométricos de modo que se podía sacar simultáneamente cada serie desde distintos puntos de vista. El intervalo y los tiempos de exposición estaban escrupulosamente anotados en el catálogo. Así pues, el proyecto estaba cuidadosamente preparado de forma que constituyera una amplia muestra visual representativa de la sociedad en movimiento. En la preparación de las fotografías se impusieron rigurosas condiciones de laboratorio: cada juego de fotografías se sacaba ante un gran telón de fondo cuadriculado y numerado con el fin de calcular a posteriori tanto las distancias laterales como las verticales a través de las cuales se movían los modelos.
En 1889 Muybridge regresó a Londres donde, más popular que nunca, ofreció conferencias con ilustraciones en la Royal Academy, la Escuela de Arte de Kensington Sur y otras instituciones y grupos. A juzgar por los indicios, se diría que los pintores ya no se atreverían a representar el movimiento sino según aquellas fotografías que Muybridge había legado al mundo artístico y científico.
(Teherán, 1853- id., 1907) Sha de Persia (1896-1907). Hijo y sucesor de Nasir al-Din. La creciente influencia de Rusia y de Gran Bretaña, que se disputaban el control de Persia, provocó una reacción nacionalista que le obligó a promulgar una Constitución (1906) contra su voluntad