Poeta griego. Antes de convertirse al cristianismo, compuso unas Dionisíacas en 48 libros, amplio repertorio de mitos centrado en las aventuras amatorias de Dioniso
(Venecia, 1924 - 1990) Compositor italiano. Fue discípulo de G. F. Malipiero, de Bruno Maderna y de H. Scherche. Entre los años 1950 y 1959 participó en los cursos impartidos en Darmstadt, donde entró en contacto con la música de Webern y de Schoenberg, del que llegó a ser yerno. Después de enseñar en Darlington, su obra, iniciada con Variaciones canónicas (1950), está inscrita bajo la influencia del dodecafonismo de Anton Webern, pero evolucionaría posteriormente hacia formas propias del vanguardismo más radical, en las que la voz humana permite expresar su compromiso político al tiempo que su peculiar lirismo, heredero de la tradición musical italiana.
Aunque fue miembro del Partido Comunista italiano desde 1952, el compositor rechazó los planteamientos estéticos del realismo socialista y buscó el camino que acercara su música a un nuevo público capaz de recibir su mensaje. Así, en Epitafio para Federico García Lorca (1952-1953), Luigi Nono expresa su enérgico mensaje con un elegante y sutil lenguaje musical, que encuentra su continuación estilística en El canto suspendido (1956), evocación y denuncia de los horrores del fascismo. La ópera Intolleranza 1960, de 1961, constituye un paso adelante en su búsqueda de nuevas formas para el teatro musical.
Al iniciarse la década de los años sesenta, el compositor empezó a interesarse por la música electrónica, y produjo una serie de obras en las que se realiza una mezcla sutil de elementos expresivos propios de la escritura tradicional para voz y de los de su nuevo lenguaje. Entre las obras de este período destacan: La fabbrica illuminata (1965), para voces y cinta magnetofónica; Ricorda cosa ti hanno fatto in Auschwitz (1966) y Como una ola de fuerza y luz (1972).
A partir de la década de los ochenta, el compositor se interesó por los valores expresivos de los sonidos electrónicos directos; su obra se hizo entonces más intimista, y superó por completo los cánones vanguardistas imperantes. Fragmento-Silencio (1980), para cuarteto de cuerdas; Prometeo, de 1984, su tercera ópera; y Descubrir la subversión: homenaje a Edmond Jabès (1987) se cuentan entre las composiciones más importantes de su última etapa creativa