Rey de Judá (843-841 a.J.C), llamado también Azarías y Joacaz, hijo y sucesor de Joram y de Atalía, hija de Omrí. Ocozías llegó al trono debido a que todos sus hermanos habían muerto a manos de filisteos y árabes. Aliado con su tío Joram, rey de Israel, luchó contra Haza el de Damasco, lugar en donde fue herido el rey israelita. Mientras Ocozías visitaba en Yizreel al herido Joram, fue sorprendido por el golpe de estado de Jehú, general de las tropas de Israel, quien además de matar a Joram de un flechazo, hirió luego mortalmente a Ocozías en Yibleam cuando quiso huir. Ocozías murió en Megiddo a consecuencia de tales heridas, y fue enterrado en Jerusalén. Únicamente había reinado un año. Al carecer de hijos, fue sucedido en el trono por su madre Atalía, que no dudó en usurpar el poder
(42-62 d.J.C.) Emperatriz romana. Hija del emperador Claudio I y de su tercera esposa Mesalina, tras la muerte de ésta su madrastra la casó con el futuro Nerón (53 d.J.C.), quien diez años más tarde, siendo ya emperador, la repudió a petición de su amante Popea Sabina, aduciendo que era estéril. Ante la simpatía que despertaba entre el pueblo, la acusó de adulterio, la desterró a la isla Pandataria y le ordenó cortarse las venas. Es la heroína de una tragedia de la época, que se le atribuyó por error al filósofo hispanorromano Séneca. Su figura inspiró a Alfieri y al duque de Brunswick