Poeta, novelista y cantautor ruso. Conocido como "el Brassens ruso", ha sido uno de los más grandes cantautores de la segunda mitad del siglo XX
Hijo de padre georgiano (asesinado en 1937 durante las tristemente célebres purgas estalinistas) y madre armenia, se dio a conocer con la publicación de una novela (En primera línea, 1961) que narra las atrocidades de la II Guerra Mundial desde la perspectiva de un adolescente conducido desde la escuela al frente de batalla. Su segunda novela (El pobre Avrosimov, 1969), le consagró como uno de los prosistas más destacados de la Unión Soviética. En 1971, publicó su tercera novela (El agente de Tula)
Fue editor de la Revista de Literatura de Moscú. Su vasta labor cultural le llevó a ser elegido secretario de la Unión de Escritores, uno de los más poderosos órganos oficiales de control político-cultural de la extinta Unión Soviética.
Bulat Okudzhava
Su pasión por la literatura universal (en la que sobresale su reconocida admiración por Cervantes y el Quijote) quedó bien manifiesta en el resto de los títulos que ha publicado: La fotografía de Zhor (1970), Las extraordinarias aventuras del agente secreto Shipov persiguiendo al conde León Tolstoi en el año 1862 (1973) y El viaje de los diletantes (1978)
Amigo y émulo de los grandes cantautores franceses que triunfaron en las décadas de los años sesenta y setenta (como Georges Brassens y Jacques Brel), Okudzhava sobresalió en la composición e interpretación de canciones propias y ajenas; entre ellas, son piezas de culto para los melómanos las tituladas "Canción del Mundo", "Canción sobre Mozart" y "Plegaria" (basada en un poema de François Villon).
En las letras de sus canciones, el poeta oscila entre un tono melancólico y resignado, y una denuncia irónica de las injusticias e irracionalidades que impone la vida moderna.
(Saga, 1838 - Tokio, 1922) Político japonés que destacó por su fuerte apoyo a la abolición del sogunado. Como líder del segundo partido del país y presidente de la Universidad de Waseda, fue uno de los hombres más influyentes de su tiempo
Desde su juventud se mostró un fuerte defensor del establecimiento de un gobierno constitucional y la abolición del sistema feudal. A los 16 años se unió al movimiento conocido como sonno-joi, que pedía la restauración del poder del emperador y la expulsión de comerciantes extranjeros de Japón.
Tras recibir una educación tradicional, viajó a Nagasaki para estudiar la cultura occidental, especialmente los idiomas inglés y neerlandés. En 1866 puso todo su empeño en fundar con el misionero estadounidense Guido Verbeck una escuela en Nagasaki donde los estudiantes pudieran estudiar las leyes occidentales.
Fue uno de los jóvenes líderes de la Revolución de 1868. Intentó infructuosamente convencer a su clan de que apoyase al gobierno Meijí, ya que consideraba necesaria una unidad nacional. Viajó sin permiso oficial a Kioto, donde pretendía participar en los planes para restaurar en el poder al emperador.
Tras la reorganización del gobierno que se produjo tras la Revolución Meijí de 1868, en la que fue una activo protagonista, ocupó diversos cargos en el servicio diplomático. Formó parte activa en las negociaciones con las potencias extranjeras sobre el futuro de las misiones cristianas. Se convirtió en asistente del ministro del Tesoro en 1869. En 1870 fue nombrado consejero de Estado. Su experiencia financiera y sus contactos con el líder de la Revolución, Inove Kaoru, hizo que fuese nombrado ministro de Hacienda en 1872, puesto que ocupó hasta 1881.
Consiguió reorganizar la economía japonesa y asentarla sobre unas sólidas bases. Trató de unificar el sistema de monedas. Fue el creador del nuevo sistema fiscal japonés siguiendo las cánones occidentales. Fue el impulsor de la creación de un ministerio de Industria, el cual fue el responsable del establecimiento del sistema ferroviario y telegráfico.
En 1874, cuando las topas japonesas fueron enviadas a Taiwán, fue nombrado jefe de la oficina encargada de los asuntos de Taiwán. Dirigió en 1877 la oficina gubernamental que tenía como misión poner fin a la revuelta que se produjo en el dominio de Satsuma. En 1878 presidió la oficina encargada de la revisión de los impuestos sobre al tierra. Consiguió reunir un gran poder, lo que levantó las suspicacias de los líderes de los dominios de Satsuma y Chosu, que habían liderado la Revolución Meijí desde sus comienzos. Al carecer de apoyo en los dominios Okuma tuvo que buscar apoyo en otros lugares. Él prefería apoyarse en la opinión pública, ya que opinaba que todo hombre podía estar involucrado en cuestiones de gobierno.
Su situación en el gobierno se vio seriamente afectada cuando propuso solicitar un préstamo de 50 millones de yenes para amortizar el papel moneda emitido durante al rebelión de Satsuma de 1877. En 1879, cuando los miembros del gobierno fueron consultados sobre la necesidad de reformar la Constitución, Okuma tardó dos años en contestar. Su respuesta causó un fuerte impacto por lo radical de sus propuestas. Sugirió la celebración de elecciones, la creación de un nuevo Parlamento al estilo británico y de un gabinete que fuera responsable ante el Parlamento. Poco después se vio envuelto en un caso de corrupción, relacionado con la venta de propiedades de gobierno en la isla de Hokkaido, por lo que presentó su dimisión. El año después de abandonar el ministerio fundó el Partido Progresista (Rikken Kaishin-to), desde el influyó notablemente en la política nacional. Encabezó el movimiento que se mostraba favorable al establecimiento de un gobierno constitucional.
Ese mismo año fundó la Escuela Waseda en Tokio, que en 1902 se convirtió en al Universidad de Waseda. Volvió al gobierno en 1888, esta vez como ministro de Exteriores, cargo que ocupó durante un año. Consiguió que el emperador anunciase la elaboración de una nueva Constitución que entraría en vigor en 1890. Okuma aceleró su redacción y fue promulgada el 1 de febrero de 1889, un año antes de lo previsto. Desde su puesto promovió la revisión de los tratados con las diversas potencias extranjeras, con las que pretendía un acercamiento. Esta actuación generó un profundo malestar en la opinión pública. Sufrió un atentado por parte de sectores nacionalistas mediante una bomba de dinamita, el 18 de octubre de 1889, en el que perdió una pierna. Esto provocó su abandono el gabinete y el aplazamiento de la revisión de los tratados. Paso nuevamente a ser Consejero de Estado.
Abandonó el Consejo de Estado en 1891 para dedicarse plenamente a la dirección del Kaishin-to. Volvió a la política activa con motivo de la guerra con China. Entre 1896 y 1897 desempeñó las carteras de Exteriores y Agricultura y Comercio. Dimitió de ambos cargos en noviembre de 1897 a causa de su desacuerdo con sus compañeros de gabinete. En 1898 sucedió a Ito como primer ministro y ministro de Asuntos Exteriores durante unos meses. Formó el gabinete con sus antiguo rival político, el conde Itakagi, líder del Partido Liberal. Aunque el gobierno estaba apoyado por los dos partidos más fuertes del parlamento, cayó por motivos de las disensiones internas. En 1907 abandonó la presidencia del Partido Progresista para centrarse en la enseñanza.
Abandonó su retiro político para ocupar nuevamente la presidencia del Gobierno en 1914. Durante su nuevo mandato el país experimentó un gran desarrollo económico, en parte a causa del aumento del comercio debido a la Primera Guerra Mundial. Su gobierno presentó a China las famosas 21 demandas territoriales, las cuales indignaron a los nacionalistas chinos. Fue el encargado de declarar la guerra a Alemania. En 1915 un escándalo relacionado con las elecciones provocó al dimisión de varios miembros de su gobierno. Tras abandonar el gabinete alegando motivos de salud en 1916 se dedicó a la dirección de la Universidad de Waseda y la Universidad Japonesa Femenina. Entre sus numerosas actividades literarias destacaron la edición de la obra Cincuenta años de Japón y la fundación de la revista Shin Nippon