Pintor sueco de origen francés, perteneciente a la corriente conocida Concretismo, movimiento pictórico y escultórico sueco que tuvo su origen en 1947. Olofsson inició sus estudios de Arte en la fértil escena cultural sueca, agitada por grupos de artistas de vanguardia como los coloristas de Gotemburgo, el grupo Color y Forma o el grupo de Halmstad.
Se matriculó en la Malarskola de Estocolmo, en la que asistió a las clases de Otte Skölds y coincidió con el futuro compañero en el movimiento concretista Lennart Rodhe. Finalizó sus estudios artísticos en la Konsthögskolan de Estocolmo el año que se celebró la exposición fundacional del grupo concretista.
En la primavera de 1947, la muestra Arte joven (´Ung konst´) presentada por el grupo de artistas de vanguardia Color y Forma, sirvió para aglutinar a un pequeño número de los artistas exhibidos y los cohesionó formal y teóricamente al constituirse el Concretismo. Junto a Lennart Rodhe (nacido en 1916), Arne Jones (1914-1976), Olle Bonnier (nacido en 1925), Karl-Axel Pehrson (nacido en 1921) y Lage Johannes Lindell (1920-1980), Olofsson participó en la difusión de los postulados estéticos que habían germinado durante la primera mitad del siglo XX entre París y Berlín.
El arte de Olofsson, deudor de la pureza formal de los constructivistas rusos, se rigió por su interés por la abstracción. Ésta es explicitada por el artista mediante un lenguaje personal que confiere a su obra un carácter que la confronta al dinamismo que caracteriza la obra de Olle Bonnier o la más próxima a un figurativismo naturalista en la de Karl Axel Pehrson. Su obra se encuentra representada en numerosos museos y colecciones, como el Museo Nacional y el Museo Moderno (ambos en Estocolmo), el Museo de Malmö, el Museo de Arte de Norrköpings o el Museo de Brooklyn (Nueva York)
(Granada, 1855 - Madrid, 1912) Médico y antropólogo español. Estudió Medicina en Granada. Al terminar sus estudios, en 1875, continuó en la Facultad de Medicina como profesor ayudante, primero en la cátedra de higiene y posteriormente en la de anatomía descriptiva.
En 1880 publicó en la prensa médica de Granada unos trabajos sobre técnica anatómica, que más tarde desarrollaría en su Manual de Técnica Anatómica. Este libro, basado en apuntes inéditos de Rafael Martínez Molina, en unos cuadernos también inéditos de Aureliano Maestre de San Juan y en observaciones propias hechas entre 1872 y 1882, se publicó en Madrid en 1890, y sirvió de manual a varias generaciones de estudiantes de Medicina
En 1883 obtuvo por oposición la cátedra de anatomía descriptiva de la Facultad de Medicina de Madrid. Colaboró en la segunda edición del Nuevo compendio de Anatomía Descriptiva de Julián Calleja, al que añadió la parte de embriología. Con ocasión de este libro surgieron ciertas tensiones entre Olóriz y Calleja; según se desprende de la correspondencia de Olóriz con Benito Hernando, Calleja pretendía figurar como único autor de la obra.
Fue al mismo tiempo profesor de la Escuela de Policía y director del Museo Antropológico de la Facultad de Medicina de Madrid. En este museo reunió más de dos mil cráneos recogidos durante catorce años, consiguiendo una colección comparable a las de Pierre Paul Broca y de Carl Ernst Ranke, que constituía una excelente fuente de investigaciones antropológicas.
El cargo de director del museo, junto con la incorporación del evolucionismo a sus conocimientos anatómicos, le llevaron a dedicarse de lleno a los estudios antropológicos a partir de 1890, pese a lo poco propicio del ambiente en que trabajaba para tal tipo de estudios, como se trasluce en su correspondencia con Ranke. Fundó el laboratorio antropológico e impulsó los estudios antropológicos y dactiloscópicos en España.
Su Distribución geográfica del índice cefálico en España representó, según Marcelino Menéndez y Pelayo, el mayor avance en la antropología española. Basada en más de ocho mil observaciones, es un modelo de investigación que mereció el premio Godard de l´Academie des Sciences de París. Sus investigaciones dactiloscópicas le llevaron a elaborar, a partir de los trabajos de Alphonse Bertillon, una técnica de identificación personal a partir de las huellas dactilares que dio a conocer en su Manual para la identificación de delincuentes de Madrid, libro que se difundió rápidamente por todos los centros de investigaciones antropológicas europeos