Físico australiano, conocido por ser el inventor del sincrociclotrón y por descubrir el tritio y el isótopo del helio
Quinto hijo de un funcionario y una artista, sus estudios, comenzados en la Universidad de Adelaida, estuvieron encaminados hacia la medicina y la química, pero un buen profesor de física, Roy Burdon, y la lectura de los descubrimientos del neozelandés Ernest Rutherford sobre la radiactividad y el núcleo atómico hicieron virar su interés hacia la física. Se financió los estudios trabajando en una biblioteca pública local hasta que consiguió una beca de estudios como ayudante en el departamento de física de su Universidad, donde se graduó en 1922
Mark Oliphant
En 1927 consiguió una beca como ayudante de Rutherford en el laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido. Comenzó investigando los procesos de desintegración artificial y los mecanismos de ionización, y leyó su tesis doctoral dos años después.
El Laboratorio Cavendish era por entonces uno de los centros de investigación en física atómica más activo del mundo, en el que sorprende que a pesar de su falta de medios se realizaran grandes descubrimientos, entre los que cabe citar el descubrimiento del neutrón (Chadwick, 1932), la fisión artificial por bombardeo (Cockcroft y Walton, 1932), y la detección del positrón (Blackett, 1932), todos ellos galardonados con respectivos premios Nobel.
Rutherford y Oliphant colaboraron en estos experimentos con la construcción de un acelerador de iones positivos y un ciclotrón, entre otros aparatos científicos, supliendo la escasez de medios con imaginación: una lata de galletas y otra de café formaban parte importante de ambos aparatos.
Ambos investigadores decidieron profundizar en el experimento de Cockroft y Walton, y como consecuencia de sus trabajos descu