Narrador y guionista español. Inclinado desde muy joven a la creación literaria, se dio a conocer como guionista en el mundo del cine y la televisión. Para la gran pantalla, colaboró en la redacción de los guiones de las películas Boca a boca (realizada en 1995 por el cineasta Manuel Gómez Pereira) y El amor perjudica seriamente la salud (obra del mismo director, filmada en 1996); para la televisión, puso su pluma al servicio de algunas series que cosecharon altos índices de audiencia, como la llamada Platos rotos
En 1998 irrumpió en el panorama de la narrativa española contemporánea con la novela titulada Entre las piernas, que inmediatamente dio lugar a una versión cinematográfica homónima, dirigida por Manuel Gómez Pereira y protagonizada por Carmelo Gómez, Javier Bardem y Victoria Abril. La obra narra a ritmo frenético una vertiginosa sucesión de traiciones y asesinatos protagonizados por unos personajes adictos al sexo que, finalmente, hallan su salvación en el amor.
(Palermo, Sicilia, 1860 - Roma, 1952) Político italiano. Licenciado en Derecho, llegó muy pronto a la cátedra universitaria, primero en Palermo y a partir de 1901 en Roma. Entró en la política como diputado del Partido Liberal en 1897. Se acomodó de modo profundo a la sociedad de su tiempo, por lo que pudo mantener una posición abierta en relación con los nuevos problemas políticos y sociales.
En 1885 había publicado una de sus mejores obras: Sobre la resistencia política individual y colectiva, en la que examina la solidez de las instituciones democráticas y sus relaciones con el individuo, preocupado en salvar la libre voluntad de este último en el juego de las fuerzas políticas. Excluía una revolución política, dadas las condiciones de la Italia de entonces, en tanto que admitía el peligro de una revolución social; y los movimientos producidos al poco tiempo demostraron cuán justa había sido esa previsión.
Vittorio Emanuele Orlando
Un sincero espíritu democrático llevó a Orlando a apoyar, a comienzos del nuevo siglo, el experimento de Giolitti, con el que éste intentaba establecer nuevas relaciones entre el Estado y los ciudadanos, que llegarían a ser totalmente iguales: dijo él entonces, en oposición a los temores y los miedos de los conservadores, que la política interior de Giolitti aparecía conforme a la ley y al derecho, aprobando así, con su opinión de ilustre jurista, la nueva dirección del Gobierno. Con el mismo Giolitti fue ministro, una primera vez, de Instrucción Pública (1903-1905), y por segunda vez, de Gracia y Justicia (1907-1909).
Hombre todavía tenazmente vinculado a las pasiones del "Risorgimento" italiano, sintió verdaderamente la primera conflagración mundial como guerra de la nacionalidad, como la guerra que había de completar el largo proceso de la unificación italiana. Así, cuando después de la derrota de Caporetto, sucedió a Boselli en el cargo de primer ministro, con sus grandes cualidades de animador y con su profunda confianza en la justicia de la causa arrastró a todo el país a la revancha y a la victoria. En tales momentos, dio libre curso a su pasión nacional, porque, si algún defecto tuvo, como ha escrito Marcello Soler¡, fue "el de desconfiar de su idealismo y de sus flamantes cualidades, que trató algunas veces de amortiguar por temor de parecer un ingenuo".
Después de la guerra, defendió en la Conferencia de la Paz los derechos de Italia; pero se enfrentó con la oposición entre las aspiraciones nacionales y las tendencias imperialistas, de modo que prefirió regresar a Italia antes que suscribir peligrosas renuncias. Poco después, puesto en minoría en la Cámara, hubo de dejar el cargo a Nitti, que había sido uno de sus oponentes.
Con el fascismo mantuvo, al principio, la posición que fue general en todos los políticos, es decir, una posición de benévola espera, con la esperanza de que el fascismo, entrado ahora en la legalidad, contribuyera a vigorizar la tradición del liberalismo. Pero después del discurso del 3 de enero de 1925, con el que Mussolini rompió definitivamente con los partidos democráticos, pasó Orlando a la oposición, aun sin abandonar el salón parlamentario, como hicieron, por el contrario, los diputados del Aventino.
Después de la segunda Guerra Mundial fue nombrado presidente de la Cámara y colaboró en la elaboración de la nueva Constitución republicana; a continuación fue nombrado senador de derecho. Su muerte significó la desaparición de un hombre que había enlazado el "Risorgimento" con las generaciones de su siglo.
Entre sus obras destacan La legislazione statutaria e i giureconsulti italiani del sec. XIV (1884); Le fratellanze artigiane in Italia (1884); Diritto amministrativo e scienza dell´amministrazione (1887); Principii di diritto amministrativo (1890); Teoria giuridica delle guarentigie della libertà (1890); Introduzione al diritto amministrativo: i presuposti, il sistema, le fonti (1900); Lo Stato e la realtà (1911); Diritto pubblicco generale e diritto pubblicco positivo (1924); Contributo alla storia del diritto pubblicco italiano nell´ultimo quarantennio (1925); Immunità parlamentari e organi sovrani (1933) y Stato, Statuale, Statale, Saggio de filologia giuridica (1933). Muchas de estas obras han sido traducidas a idiomas extranjeros. De no menor importancia para la Historia italiana de aquella época son sus Discorsi per la guerra (1919).