Poeta y filósofo uruguayo. Además de sus ensayos filosóficos, desarrolló una obra lírica que parte de los postulados del modernismo y deriva hacia una línea más clásica. Fue profesor de estética en la Universidad de Montevideo.
Su pensamiento filosófico se centra en las condiciones y posibilidades de esta meditación metafísica, en la incesante indagación sobre el ser de la poesía, que postula una riqueza de intuiciones eidéticas sobre los grandes temas eternos. La tierra y el fluir hacia la muerte lo atraen y lo repelen a la vez. Heredero del culturalismo de J. E. Rodó, lo enriqueció con un cierto estilo y rigor docentes y con una mayor jerarquía y universalidad.
Oribe representa el movimiento de ir "hacia las fuentes", el remontarse más allá de los filósofos y vulgarizadores del siglo XIX, a los autores que fundaron el pensamiento clásico en metafísica, lógica, moral y estética. Figuras como Goethe y Leonardo da Vinci ejercieron sobre Oribe una atracción basada para él en un ideal de paz, de dominio interior, de inteligencia, de inmunidad ante las contingencias históricas.
Sus libros de ensayos Poética y plástica (1930), Teoría del Nous (1934), El pensamiento vivo de Rodó (1945), El mitos y el logos (1945), Trascendencia y platonismo en poesía (1948), La intuición estética del tiempo (1951), Dinámica del verbo (1953) y Tres ideales estéticos (1958) marcan la firmeza y la persistencia excepcional de un pensamiento centrado en precisas líneas fundamentales. Uno de sus libros más reconocidos por la crítica, característico de una etapa previa a la síntesis que realizó entre reflexión y poesía, es La colina del pájaro rojo (1925).
Su poesía, muy ligada a su prosa en el lenguaje, la temática y el procedimiento, es claramente conceptual. Algunos de sus títulos más destacados en este género son Alucinaciones de belleza (1912), El castillo interior (1917), El nunca usado mar (1922) y La espera del canto (1942)
Político y militar uruguayo (Montevideo, 1792 - 1857). Tuvo una destacada actuación en la lucha por la independencia y fue el caudillo y fundador del Partido Blanco (posteriormente llamado Nacional), uno de los dos partidos históricos o tradicionales.
Inició su carrera militar en las postrimerías del periodo colonial. Junto a su hermano Ignacio se incorporó a la causa de la revolución Oriental conducida por José Artigas, a fines de 1812. Entró en contacto con la logia masónica "Caballeros Orientales", que impulsó decididamente el proceso en pos de la independencia nacional. Fue el segundo jefe de la Cruzada Libertadora que, iniciada en 1825, consiguió liberar a Uruguay de la dominación brasileña y consagrar la independencia nacional. Fue ministro de Guerra y Marina.
Manuel Oribe
En 1835 fue elegido presidente de la República y, un año después, con ocasión de la revolución de Rivera contra su gobierno, creó la divisa blanca, distintivo con el cual se reconocían sus partidarios y que dio el nombre al partido que fundó. Durante su mandato se inició el proceso de creación del sistema de previsión social, y de la Universidad Mayor de la República. Fue un periodo caracterizado por el orden y por una prolija administración.
Una nueva guerra civil, en la que intervinieron argentinos, brasileños y franceses, provocó en 1838 su caída, dando inicio a la llamada Guerra Grande que se desarrolló en el Río de la Plata y que se prolongaría hasta 1851. En 1841 fue nombrado Jefe del Ejército de Vanguardia de la Confederación Argentina. Exiliado en Buenos Aires, en 1843 volvió a Uruguay al mando de un ejército uruguayo auxiliado por fuerzas federales argentinas.
Desde ese momento y hasta el fin de la Guerra Grande, en Uruguay existieron dos gobiernos, uno de los cuales presidía. En esta nueva etapa e inspirado por los ideales liberales, dispuso la abolición de la esclavitud en 1846 y se opuso a toda intervención europea en los asuntos americanos. Terminada la Guerra Grande no ocupó nuevos cargos de gobierno, aunque mantuvo el liderazgo en el Partido Blanco.
Tras el motín del 18 de julio 1853, fue obligado a emprender el camino del exilio, instalándose en Barcelona, España, hasta 1855. A su vuelta a Uruguay suscribió el Pacto de la Unión o de los caudillos, para asegurar la estabilidad institucional y la paz del país, amenazada por nuevas guerras civiles