Conde de Wittelsbach (Otón VI) y posteriormente duque de Baviera (Otón I). Fue un fiel colaborador del emperador Federico I Barbarroja, que le premió con el ducado de Baviera
En 1154 acompañó a Federico I a Roma, distinguiéndose tanto por su valor como por su habilidad, debiéndose a él principalmente la Convención de Verona.
En la dieta de Besançon de 1157 fue, junto con el canciller imperial Rainaldo de Dassel, uno de los principales defensores de la superioridad del Imperio sobre el Papado y llegó a atacar, espada en mano, a los legados papales que sostenían que el Imperio era un feudo del Papado; el pontífice escribió a los obispos alemanes para que consiguiesen que el emperador le castigase, lo cual no ocurrió.
El conde de Wittelsbach, junto con el canciller, fue uno de los enviados a Italia por el emperador en 1158 para preparar la expedición imperial a Italia de aquel año. Los legados se apoderaron de la ciudad de Rivoli, aseguraron el paso de Adige y, en nombre de Federico, recibieron el juramento de fidelidad de varias ciudades italianas.
Comenzando por Verona, pasaron por Ferrara, Módena, Bolonia, Rávena y Ancona y lograron que Piacenza abandonase la liga formada por Milán y se pasase al lado del emperador; así pudo un enorme ejército imperial, con Federico Barbarroja a la cabeza, cruzar los Alpes en julio de 1158 con el objetivo de someter la Lombardía.
Otón de Wittelsbach fue recompensado con el título de conde palatino de Baviera y después prestó tan importantes servicios en Alemania y en Italia al emperador, que en 1180 éste le cedió solemnemente el ducado de Baviera, del que había sido desposeído Enrique el León, aunque se le separó la marca de Estiria, que se transformó en un ducado independiente. Otón de Wittelsbach fue sucedido en el ducado de Baviera por su hijo Luis I de Kelheim.
(Salzburgo, 1815 - Bamberg, 1867) Rey de Grecia (1832-1862). Segundo hijo del rey de Baviera Luis I, fue educado en Munich.
Accedió al trono griego en 1832, cuando la conferencia internacional reunida en Londres desde 1827 (para lograr acuerdos sobre Grecia) le eligió monarca. Hasta 1835 gobernó bajo una regencia compuesta por bávaros. Su impopularidad creció debido a que sus ministros eran alemanes, pero también al incremento de los impuestos y a su propia religión (católica).
En marzo de 1844, hubo de otorgar una Constitución, después del golpe de Estado de septiembre del año anterior que le obligó a prescindir de sus ministros bávaros. Su prestigio entre los griegos descendió notablemente a causa de la participación de las potencias que le habían coronado. Gran Bretaña y Francia llegaron a ocupar el puerto ateniense de El Pireo desde 1854 hasta 1857, impidiendo así la intervención griega en favor de Rusia en la guerra de Crimea.
Otón I abdicó en octubre de 1862, después de los intentos de derrocarle por parte de sus opositores revolucionarios. Ese mismo año falleció en la ciudad bávara de Bamberg. Un año más tarde, le sustituía en la corona griega Jorge I, el hijo del rey danés Cristián IX