Escultor español, figura clave de la vanguardia de la década de los cincuenta. Jorge Oteiza Embil nació en el seno de una familia acomodada que había prosperado en el negocio de la hostelería. Introvertido y acosado por temores irracionales, tuvo una infancia triste, alejada de los juegos y las riñas de los demás niños.
Entre 1914 y 1920 cursó el bachillerato en el Colegio del Sagrado Corazón de San Sebastián y en el de los Capuchinos de Lekaroz, Navarra. En esos años de formación su personalidad cambió radicalmente. Se volvió más extravertido y sociable: no sólo cultivó el boxeo y el teatro amateur, sino que también trabó amistad con incipientes artistas como el pintor Juan Cabanas o el músico Nicanor Zabaleta
Estudios, penurias y primeras obras
(Corgo, 1933 - Madrid, 1994) Escultor español. Realizó estudios de Arte en Galicia. Más tarde se trasladó a Madrid, donde ingresó en 1947 en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. En la capital de España comenzó a trabajar el barro, fijó su residencia y celebró su primera exposición individual, en las viejas salas del Museo de Arte Moderno.
A mediados de la década de los sesenta perfeccionó su arte en Roma y París. Desde mediados de los años ochenta vivió recluido en su casa a las afueras de Madrid, dedicado a la creación de esculturas y de joyas. Siempre vestido de negro, acostumbraba a llevar grandes collares, diseñados por él mismo.
Considerado un escultor figurativo, provocador y anárquico, siempre en contra del arte institucionalizado, su obra gira en torno a las esculturas de animales. Durante varios años un toro de piedra, esculpido por él, presidió la entrada del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, aunque posteriormente fue trasladado al jardín de la familia Bosé, como regalo personal del escultor. Es autor de una celebrada estatua de bronce de Dolores Ibárruri colocada en la Universidad de Santiago de Compostela