Nadadora alemana cuyo historial deportivo la hace merecedora, junto a su compatriota Kornelia Ender, de ocupar un lugar preeminente entre las figuras de la natación en la antigua Alemania Oriental.
Al igual que Kornelia Ender, se entrenó en la academia de la Halle, donde imperaba un régimen físico cotidiano asfixiante (descrito por Kristin en su diario) que incluía isometría, estudio, levantamiento de pesas y largas horas de natación, cuyo resultado es bien conocido: la citada institución fue una cantera de deportistas de elite que, con sus triunfos olímpicos, sirvieron para afianzar el programa político del país.
Kristin Otto hizo su aparición en el circuito internacional en 1982 y, con tan sólo dieciséis años, se hizo con tres títulos mundiales; al año siguiente rompió la barrera del minuto (59,97 segundos) en los 100 metros espalda. En 1984, tras establecer dos nuevas marcas mundiales en las categorías de 100 y 200 metros libres, una fisura vertebral la obligó a pasar nueve meses retirada de la piscina; cuando todo el mundo daba por terminada su brillante carrera deportiva, Otto, haciendo gala de una tenacidad admirable, se arrojó de nuevo al agua, si bien se decantó por el estilo de crowl para evitar el intenso dolor que la acometía al nadar a espalda.
Semejante esfuerzo dio sus frutos en el mundial de Madrid de 1986, en que cosechó seis medallas, cuatro de ellas de oro, y, desde luego, en los Juegos de Seúl celebrados en 1988, cuando en una hazaña jamás lograda por un nadador olímpico, ni siquiera por el estadounidense Mark Spitz, se llevó a casa el oro en tres estilos diferentes (crowl, espalda y mariposa) y estableció cuatro récords olímpicos, lo que la convirtió en la mujer que más medallas de oro ha conseguido en una sola Olimpiada
Un año antes de la caída del Muro, Otto se retiró. Sin embargo, una negra nube vino a ensombrecer lo que debían ser años de descanso: en 1991, los preparadores físicos de la difunta RDA confesaron que habían suministrado esteroides y otras sustancias prohibidas a sus atletas, si bien éstos nunca lo supieron. Sus marcas fueron custionadas y se sintió desolada, pero se declaró inocente, puesto que no sólo había pasado todos los testeos de dopaje, sino que además, sus seis medallas y sus éxitos deportivos fueron resultado de muchos años de durísimo esfuerzo y entrenamiento.
Ingeniero alemán que perfeccionó el motor de combustión interna (Holzhausen, Nassau, 1832 - Colonia, 1891). En 1861 diseñó un primitivo motor de combustión interna, que consumía gas de alumbrado; para su comercialización se asoció con el industrial Eugen Langen y fundaron juntos una fábrica en Colonia (1864).
En 1876 perfeccionó aquel modelo aplicando el ciclo de cuatro tiempos que había patentado Alphonse Beau de Rochas seis años antes; desde entonces se llama ciclo de Otto al ciclo de cuatro tiempos (admisión, compresión, explosión y escape) que desarrollan los cilindros de estos motores durante dos vueltas completas del cigüeñal, pues fue Otto el primero en ponerlo en práctica construyendo un motor de cuatro tiempos como los que constituyen la base de los motores de los automóviles modernos.
Al hacerlo proporcionó el primer motor eficaz alternativo a la máquina de vapor, abriendo una nueva era en la industria. No obstante, fue uno de sus colaboradores, Daimler, quien dio el paso definitivo -una vez abandonados los talleres de Otto- introduciendo la gasolina como combustible. A pesar del éxito económico inicial de sus motores, Otto perdió la patente en 1886, al descubrirse la anterioridad del invento de Beau de Rochas