Revolucionario liberal . De religión cuáquera, tuvo una juventud aventurera y polifacética, trabajando como marino, industrial y recaudador de impuestos. Ya desde esa época adquirió una intensa preocupación social por los pobres y los marginados, que le llevó a defender ideales igualitarios y democráticos, que le situarían entre los radicales en el proceso de revoluciones liberales que le tocó vivir.
En 1774, por sugerencia de Benjamin Franklin, emigró a la colonia cuáquera fundada por William Penn en Norteamérica (Pennsylvania). Allí publicó Sentido común (1776), un influyente panfleto en el que propugnaba la independencia de las Trece Colonias británicas de Norteamérica y su unificación política; aquella obra tuvo gran difusión entre los colonos, considerándose a Paine uno de los principales ideólogos y publicistas de la revolución que condujo a la guerra con Gran Bretaña, a la independencia y a la formación de los Estados Unidos de América (1775-83).
Participó personalmente en la lucha, tanto política (fue secretario del primer comité de relaciones exteriores de los rebeldes) como militar (pues formó parte del ejército de George Washington); pero su aportación principal se produjo en el terreno de las ideas, pues sostuvo la moral de los rebeldes publicando diversas obras en defensa de sus razones
Una vez lograda la independencia americana, Paine regresó a Inglaterra para allí defender los intereses de los Estados Unidos (1787). Cuando estalló la Revolución francesa (1789), Paine se convirtió en un admirador del nuevo régimen, atacó al primer ministro británico Pitt por su hostilidad a Francia y defendió la obra de la Revolución contra las críticas conservadoras de Burke, publicando Los Derechos del Hombre (1791-92).
Aquel libro, de enorme difusión, le costó una condena por alta traición, dado su contenido republicano y revolucionario. Consiguió huir y refugiarse en Francia (1792); se integró plenamente en la vida política de la República, que le hizo ciudadano francés e incluso miembro de la Convención.
Paine se alineó con el partido girondino e hizo gala de sentimientos humanitarios cuando se opuso a la ejecución de Luis XVI y propuso que recibiera asilo en los Estados Unidos. Se hizo así sospechoso para los jacobinos y sufrió persecuciones en la época del Terror; fue encarcelado durante la dictadura de Robespierre (1793-94), momento que aprovechó para escribir su última gran obra, La edad de la razón. En ella defendía los valores de la moral, el humanismo, la fraternidad y la fe en Dios, pero rechazando las religiones reveladas.
Se salvó de la guillotina por el golpe de Estado de thermidor, que le devolvió la libertad y su puesto de representante en la Convención. Pero tras la llegada de Napoleón al poder, disgustado con la deriva autoritaria y conservadora de la política francesa, abandonó el país y regresó definitivamente a Estados Unidos (1802)
(París, 1902 - Nevilly-sur-Seine, 1989) Director cinematográfico francés. Pionero del cine científico, fue uno de los primeros realizadores que introdujo la cámara bajo el agua para trasladar el mundo subacuático a la pantalla. Aunque su nombre no figura en la lista de los grandes directores de la historia del cine, el talento y la indiscutible aportación de Painlevé al género documental han quedado recogidos en cerca de doscientas películas.
Huérfano de madre, al poco de nacer, la educación de Jean quedó en manos de su tía Marie. Desde muy joven mostró un extraordinario interés por el mundo animal y, después del colegio, acudía con asiduidad al zoológico parisino para colaborar con los guardas en el cuidado de las diferentes especies. Quiso continuar la tradición paterna y en 1921 comenzó estudios de medicina, pero, dos años después, los abandonó e inició su formación en biología. Paralelamente, comenzó a frecuentar la Estación Biológica de Roscoff y allí conoció a Ginette Hamon, hija de una pareja de traductores, especializados en la obra de Bernard Shaw, que a la postre se convertiría en su compañera sentimental
La casa de los Hamon se transformó en lugar de encuentro habitual para un grupo de jóvenes intelectuales y artistas adscritos a las corrientes vanguardistas que triunfaban en Francia en las primeras décadas del siglo XX, entre los que figuraban, además de Painlevé, Boiffard, Prévert, Eli Lotar y Alexander Calder. En esta época, también entabló amistad con Ivan Goll, a quien prestó apoyo para el lanzamiento de la revista Surrealismo y con quien compartía una aversión común hacia el movimiento surrealista ortodoxo, reunido alrededor de la figura de André Breton. En 1926 colaboró con Goll en algunas de sus producciones teatrales pero a partir de 1928 concentró todos sus esfuerzos en la realización de sus documentales submarinos.
En dos años filmó una decena de películas y comenzó a sonorizarlas merced a la colaboración de Maurice Jaubert. La credibilidad científica de sus imágenes encontró una extraordinaria respuesta entre el público parisino y, cada nuevo estreno, dotaba además de credibilidad artística al director. La crítica también fue generosa con Painlevé y habló de sus trabajos como muestras cargadas de rigor científico y de incomparable riqueza plástica
Su incursión en el séptimo arte representó una auténtica revolución, una postura de rebeldía y una sabia combinación de manifestación artística que entretenía y educaba a la vez. Financiaba sus proyectos con los ingresos que obtenía como conferenciante. Con su cámara y su obsesiva intención de mostrar la vida en el mundo submarino, Painlevé creó el "cine científico" para el gran público; un término que el propio director reivindicó como subgénero del documental y que contó con el respaldo de prestigiosos directores como Sergei Eisenstein, Jean Vigo y Luis Buñuel