Condestable de Portugal y rey de Cataluña (1464-1466). Como nieto del conde de Urgel, en 1463 la Generalidad de Cataluña, rebelada contra Juan II, le ofreció el trono y fue proclamado en 1464. En la guerra contra Juan II consiguió algún éxito, pero la derrota de Calaf (1465) y la pérdida de Cervera le desacreditaron ante las autoridades catalanas
Rey de Aragón (Balaguer, Cataluña, 1319 - Barcelona, 1387). Era hijo de Alfonso IV, a quien sucedió en 1336. Se propuso el objetivo de reintegrar a la Corona catalanoaragonesa los territorios perdidos por sucesivas particiones sucesorias. En primer lugar, anexionó las Baleares (1343), el Rosellón y la Cerdaña (1344), alegando el incumplimiento de los deberes del rey de Mallorca Jaime III (que además era su cuñado) como vasallo de Aragón; para consolidar sus conquistas hubo de rechazar un intento de Jaime III por recuperar el reino con ayuda de Francia en 1349.
En cuanto a la isla de Cerdeña, Pedro quiso acabar con las continuas rebeliones antiaragonesas que alentaba Génova; para ello se alió con Venecia y venció a la flota genovesa en Constantinopla (1352) y Alguer (1353); luego desembarcó en Cerdeña, sometiendo a los rebeldes por la fuerza (1354-56).
También trató de recuperar Sicilia casándose con Leonor de Sicilia y convirtiéndose así en heredero de aquel reino (1349); la oposición del papa y de los Anjou le llevó a reforzar los derechos de la casa de Aragón mediante la boda de su nieto Martín con la reina María de Sicilia (1379). Aquellos enlaces proporcionaron a sus descendientes no sólo el reino de Sicilia, sino también los ducados de Atenas y Neopatria cuyo dominio hizo efectivo una expedición enviada a Grecia por Pedro.
La alianza con Venecia -y con Francia- enturbió las relaciones con Castilla (apaciguadas desde los comienzos del reinado), ya que Pedro I de Castilla era aliado de Génova y de Inglaterra; estalló así la Guerra de los Dos Pedros (1356-69), que se superponía a la guerra civil castellana (pues Aragón apoyaba la candidatura al Trono de Enrique II de Trastámara) y a la Guerra de los Cien Años (que enfrentaba a ingleses y franceses por el dominio de las regiones occidentales de Francia). Aquella guerra, en la que Castilla pretendía obtener la zona de Alicante y Aragón pretendía la de Murcia, se saldó sin variaciones territoriales, pero con un alto coste para los reinos aragoneses, azotados además en esas fechas por la Peste Negra
La inexistencia de descendientes varones de sus dos primeros matrimonios llevó a Pedro IV a declarar heredera a su hija Constanza, rompiendo la costumbre sucesoria de la Corona de Aragón y contrariando los derechos del hermano del rey; aquello desencadenó la rebelión de la nobleza en Aragón y en Valencia. Pedro tuvo que hacer concesiones a los nobles en las Cortes de Zaragoza (1347) y de Valencia (1348), hasta que, apoyándose en Cataluña, consiguió imponerse militarmente a los rebeldes (batallas de Épila y Mislata) y castigar a sus cabecillas (1348).
En todo caso, el matrimonio con Leonor de Sicilia solucionó el problema sucesorio, con el nacimiento de los futuros reyes Juan I (1350) y Martín I (1356). Pedro, el Ceremonioso, recibe ese sobrenombre por su afición al protocolo y las ceremonias, que reguló promulgando el Libro de las Ordenaciones de la Casa de Aragón