Pintor español. Inició su formación artística junto a su padre, dibujante, y la prosiguió en Madrid. Tras ingresar en el ejército y permanecer en él varios años, una herida de guerra le obligó a licenciarse en 1833 y a retomar la actividad pictórica. Se le considera el mejor representante del paisajismo romántico español, en particular por su obra España artística y monumental, una colección de litografías a partir de dibujos originales del artista destinados a plasmar los monumentos góticos españoles; estas obras, que acentúan el lado romántico de las arquitecturas góticas, se caracterizan por los contrastes luminosos y por la presencia de multitud de personajes minúsculos. Tras una breve estancia en Bélgica de 1842 a 1844, fue nombrado director de la Academia de San Fernando y pintor de cámara de Isabel II. Se le deben más de 25 000 obras, realizadas siempre con una extraordinaria precisión técnica
(Tarifa, 1948) Pintor español. Se dio a conocer como pintor a comienzos de la década de los setenta, y desde entonces ha practicado y mantenido una concepción de la pintura ajena a todas las convenciones del arte vanguardista propio del siglo XX, al considerar que todas las manifestaciones plásticas e intelectuales contemporáneas caen en el aburrimiento, la pedantería o la frivolidad. Su virtuosismo técnico, manifiesto en la riqueza de su estilo narrativo y en las estructuras arquitectónicas de sus composiciones, busca en sus lienzos el sosiego, el equilibrio y la armonía, reflejados en los personajes y motivos característicos de su singular imaginería (figuras mitológicas, elementos de la naturaleza, formas geométricas). Junto a ello, muestra una constante preocupación por conjugar y fusionar elementos orientales y occidentales, u otros extremos tales como los motivos cristianos y los dionisíacos. También está presente en su pintura el tema religioso, que sacraliza en sus telas cualquier rostro o figura