Capitán español. Destacó en las guerras de Granada. Nombrado gentilhombre por Los Reyes Católicos (1481), logró importantes éxitos militares en Alhama (1482), el castillo de Salar (1486), el sitio de Baza (1489) y Salobreña (1490). Escribió por orden de Carlos V el Breve parte de las hazañas del excelente nombrado Gran Capitán (1526)
(Madrid, 1875-1939) Físico y jesuita español. Fue profesor de física en 1897 en el colegio Chamartín de la Rosa de Madrid, donde fundó un observatorio meteorológico cuyo boletín dirigió entre 1900 y 1904. Obtuvo el título de licenciado en físicas en 1905 y se trasladó a Bélgica, Holanda y Alemania, donde realizó diversos cursos de teología. Fue alumno de los eminentes matemáticos Hilbert y Klein en las universidades de Lieja y Gotinga, y su interés por las matemáticas le condujo a estudiar geometría proyectiva, en particular en los aspectos relacionados con la teoría electrostática, como se refleja en obras como La teoría del potencial y la curvatura del espacio (1907) o El teorema de Stokes y las leyes fundamentales del electromagnetismo (1913).
Fue fundador del instituto católico de Artes e Industrias de Madrid y de la Escuela de montadores mecánico-electricistas. En un artículo, aparecido en 1915, de título La energía eléctrica en la vida industrial moderna, defendió la necesidad de nacionalizar el suministro de energía eléctrica, y propuso para ello un trazado de red en forma de dos polígonos concéntricos y una serie de líneas radiales, idea que adoptó el ministerio de fomento cuando emprendió su construcción en 1918.
En 1917 se trasladó a Suiza con el encargo del gobierno de elaborar un informe sobre las instalaciones eléctricas de aquel país, y a su vuelta publicó diversos informes en los que criticaba el atraso del sector en España, como El problema de la construcción de material eléctrico en España (1919), cuya memoria leyó frente al Congreso de Ingeniería de 1919. Ese mismo año publicó Electrodinámica industrial, libro de texto en varios tomos. En 1922 fue el primer editor de Anales de la Asociación de Ingenieros del ICAI.
La llegada de la República en 1931 y el posterior incendio de su lugar de trabajo, por entonces sito en el ICAI, le condujo a un destierro en Bélgica, donde se trasladó junto con varios de sus alumnos. Regresó a Madrid en 1936, y al ser sorprendido por la sublevación de Franco se refugió en la embajada de Bélgica. Tras cruzar las líneas del frente, se estableció en Valladolid en 1937, donde se hizo cargo de la dirección de una Academia de preparación premilitar y de la dirección del Patronato de Redención de penas por el trabajo