Pintor italiano. Discípulo de Massaccio y de Domenico Veneziano; trabajó inicialmente en Florencia y después en Borgo (políptico de la Misericordia, 1445), en Ferrara y en Rímini (donde ejecutó, en 1541, el fresco del templo malatestiano que representa a Segismondo Pandolfo Malatesta a los pies de su santo patrón). Por esta misma época realizó también El bautismo de Cristo.
Hacia 1452 emprendió en Arezzo la decoración del coro de la basílica de San Francisco, con los frescos de La leyenda de la cruz, donde se percibe ya claramente su personalidad artística y cuyas escenas le sirven de pretexto para experiencias espaciales en una dimensión monumental, confiriendo a esta obra, de fuerte acento épico, una gran importancia para el futuro de la pintura. A esta época de plena madurez del artista pertenecen también La flagelación de Cristo y la Resurrección.
Entre 1470 y 1480 sostuvo una activa relación con los duques de Urbino, pintando durante ese período el díptico con los retratos heráldicos del duque Federico de Montefeltro y Battista Sforza, la Madona de Senigallia y la Madona con santos y Federico de Montefeltro. La obra pictórica de Piero della Francesca ejerció gran influencia entre los artistas de su época. Escribió dos tratados de perspectiva: De prospectiva pingendi y Libellus de quinque corporibus, casi exclusivamente matemáticos, dedicados a Federico de Montefeltro, duque de Urbino.
A principios del siglo XX, los pintores cubistas y los seguidores del arte abstracto redescubrieron la obra de este artista, cuyas leyes sobre la perspectiva y la proporción le llevan a ser considerado como una de las personalidades cumbres del arte de todos los tiempos
(Piero di Lorenzo, Florencia, 1462- id., 1521) Pintor italiano. Fuertemente influido por Leonardo da Vinci y por Signorelli, se especializó en composiciones extrañas y fantásticas (Prometeo, Centauros y lapitas). Fue sensible al realismo flamenco. Algunos de sus retablos muestran un descarnado naturalismo y un original retorno a los esquemas del Quattrocento. Piero di Cosimo fue también un buen retratista, de quien se recuerdan la controvertida Simonetta Vespucci y los retratos de Giuliano de Sangallo y del padre Francesco Giamberti