Cantante y actriz española. Considerada la máxima expresión de la canción española, destacó como tonadillera por su gran emotividad y expresividad interpretativa. Lo mejor de su repertorio vino de manos de un mítico trío de compositores (León, Quintero y Quiroga). Aunque fuera una diva mimada por el régimen gobernante en España, los roles de mujer fatal, pícara o liberada que aparecían en sus canciones no estaban muy de acuerdo con el orden moral que preconizaba el gobierno, que, sin embargo, no dudó en apropiarse de su obra e imagen con el objetivo de promocionarse en el exterior. En 1927 inició su carrera cinematográfica en El negro que tenía el alma blanca, de Benito Perojo, a la que siguieron otros títulos como Filigrana, de Luis Marquina, hasta su retirada en 1957
(Valencia, 1806-Madrid, 1871) Escultor español. Considerado una de las figuras más prestigiosas de la escultura española de su tiempo, su estilo evolucionó desde el neoclasicismo (relieve del Sacrificio de Jefté, 1832) al romanticismo ( San Jerónimo, 1845). Fue director de escultura en la Academia de San Fernando (1844) y escultor de cámara de Isabel II (1858)