Conquistador español . Era el hermano menor de Francisco Pizarro (y bastardo como él), a quien acompañó en su expedición al Imperio incaico en 1531. Completada la conquista del Perú, fue nombrado gobernador de Quito en 1539.
Su hermano le encargó la exploración de las tierras del este en busca del árbol de la canela. Gonzalo se internó así en la selva amazónica en 1540 con un numeroso ejército, sufriendo grandes penalidades. Construyeron un barco, con el que Orellana descendió por el Amazonas en busca de provisiones; sin embargo, Orellana se alejó por el río hasta su desembocadura, y Pizarro hubo de regresar a Quito en 1542.
Ante la nueva situación creada en el Perú por el asesinato de su hermano Francisco y la llegada de un gobernador nombrado por la Corona (Vaca de Castro), Gonzalo se retiró a la región del Río de la Plata en busca de riquezas mineras. Al publicarse las Leyes Nuevas que defendían los derechos de los indios frente a los abusos de los conquistadores (1542), Gonzalo Pizarro se erigió en portavoz del descontento de los colonos españoles. Transformó la protesta en una campaña militar contra el primer virrey del Perú, Blasco Núñez de Vela, al que consiguió arrebatar el poder en 1546.
El rey envió entonces a Pedro de La Gasca para restablecer su autoridad en el Perú; y éste, tras atraerse a algunos de los colaboradores del rebelde Pizarro, le venció en la batalla de Jaquijaguana (1548). Gonzalo se entregó voluntariamente y murió ejecutado
Conquistador español (Trujillo, Extremadura, 1475/78-1578 ?). Era el único hermano legítimo de Francisco Pizarro, a quien acompañó en su expedición de conquista del Perú en 1531. Fue el encargado de atraer al inca Atahualpa para una entrevista a Cajamarca, donde fue hecho prisionero y asesinado (1532-33). También se encargó de viajar a España para dar cuenta de la conquista del imperio incaico y hacer entrega a Carlos I del quinto que le correspondía del botín obtenido (Calatayud, 1534).
Al regresar al Perú, se encargó de la gobernación de Cuzco; pero cometió el error de poner en libertad al inca Manco Cápac a cambio de la promesa de grandes tesoros. Manco Cápac se rebeló contra los conquistadores españoles y puso sitio a Cuzco y Lima (1536); pero fue vencido por las tropas de Almagro y se retiró a un reducto en la montaña.
Enseguida estalló la guerra civil entre los conquistadores, debido al resentimiento de Almagro por el trato recibido de Pizarro y de la Corona; Almagro alegaba que Cuzco quedaba dentro del territorio que le había concedido el rey y, por tanto, tomó la ciudad y depuso a Hernando. Quedó en libertad con la promesa de que regresaría a España; pero no lo hizo, sino que se puso al frente del ejército pizarrista, derrotó a Almagro en la batalla de las Salinas y le decapitó (1538).
Tuvo que marchar de nuevo a España en 1539 para defender a su familia de las acusaciones que le hacían los partidarios de Almagro. En la corte de Valladolid sostuvo la causa pizarrista con tal habilidad que consiguió que la Corona enviara para poner paz en el Perú a un magistrado afecto ( Cristóbal Vaca de Castro). Sin embargo, Hernando no supo defenderse de las acusaciones que se le hicieron personalmente (incluido el envenenamiento del defensor de la causa almagrista, Diego de Alvarado) y fue encarcelado en el castillo de la Mota hasta 1560. Luego regresó a su villa natal, en donde se dice que vivió hasta los cien años