Director de cine italiano. Debido a la influencia ejercida por su hermano, el eminente ingeniero atómico Bruno Pontecorvo, Gillo Pontecorvo se licenció en Química, aunque de inmediato rechazó la perspectiva de poner en práctica sus recién estudiados conocimientos teóricos y optó por ejercer el periodismo. Fue enviado a Francia como corresponsal de diversos periódicos y revistas, y allí comenzó a sumergirse en los ambientes cinematográficos.
El realizador Yves Allegret le contrata como ayudante de dirección, y ocasionalmente como actor, pero su vinculación al periodismo le hace plantearse la posibilidad de dedicarse al cine documental, género que siente muy próximo a sus verdaderos intereses personales. De vuelta a Italia compra una cámara de 16 milímetros y empieza a rodar reportajes. Asentado ya como documentalista, con cerca de quince películas en su haber, el prestigioso reportero cinematográfico Joris Ivens le ofrece participar como codirector de un filme de ficción en episodios, La rosa de los vientos.
El capítulo dirigido por Pontecorvo refleja a las claras aspectos que seguirán apareciendo en su filmografía posterior, como su deseo de contar historias de marcados tintes políticos y donde las situaciones polémicas se presentan como un debate dialéctico de los personajes. En este caso, entre una trabajadora italiana que participa en la ocupación de una fábrica y su compañero sentimental, militante de izquierdas pero que reacciona de forma machista ante la actitud reivindicativa de su amada
Su carrera se ha caracterizado por esa adscripción al cine de denuncia que tanto influyó sobre todo durante los años sesenta, pero, a diferencia de otros colegas, Gillo Pontecorvo pretende mantener un cierto distanciamiento con lo narrado, de manera que el espectador contemple las imágenes como hechos objetivos. Mientras que su anterior trabajo como periodista aflora en las grandes dosis de documentación histórica que llevan detrás sus largometrajes, lo cual provoca de rebote que nunca se de prisa en realizar una película, sino que elija un tema concreto y lo prepare concienzudamente
Dichas pretensiones de fidelidad a los acontecimientos reales y de ausencia de maniqueísmo político se demuestran, sin embargo, falsas. Su primera obra, Prisioneros del mar, relataba ya la dura vida de los pescadores sin escatimar los detalles sobre la explotación en que desarrollan sus condiciones de trabajo. Kapó se centraba en los campos de concentración nazis, en un intento por recordar el genocidio padecido por los judíos. O, en fin, La batalla de Argel, obra que le lanzó a la fama internacional, mostraba con cierta simpatía la lucha de los argelinos por la independencia
Queimada supuso un giro en su carrera, por cuanto pasó de trabajar con una mayoría de actores no profesionales, reclutados en los lugares donde rodaba, a que intérpretes de la talla internacional de Marlon Brando o Francisco Rabal protagonizasen sus películas. Además, la ficción pura fue ganando terreno a lo que antes eran imágenes documentales o docudrama. Sin embargo, sus películas continuaron suscitando la polémica internacional incluso cuando le ofrecieron encargos, caso de Operación Ogro, donde se describen minuciosamente los preparativos del atentado de ETA contra el Almirante Carrero Blanco. Acusado tanto de apologista del terrorismo como de reaccionario (según esas afirmaciones vengan de intelectuales de derechas o de izquierdas), en su obra se defiende el derecho a la emancipación de los pueblos, sea Argelia, el País Vasco o los esclavos negros
Apartado de la realización cinematográfico desde finales de los años setenta, retornó en 1996 con dos películas, Festival y The stupids. Ha presidido entre 1992 y 1996 la Mostra de Venecia, uno de los más importantes festivales cinematográficos del mundo y desde cuya plataforma defendió con ardor el proteccionismo cultural frente a la industria norteamericana
(Milán, 1891- id., 1979) Arquitecto italiano. Abrió la Trienal de Milán a las tendencias más nuevas del arte. En esta misma ciudad construyó edificios para oficinas (Montecatini, 1936; Pirelli, 1956). Fue muy importante su actividad en favor de la renovación del mueble y de la decoración de las viviendas