Físico italiano, pionero en el estudio de la física de los neutrinos y en sus implicaciones cosmológicas. Fue estudiante ayudante de Fermi en Roma, en los famosos estudios sobre el frenado de neutrones previos a la consecución de la reacción de fisión del Uranio en cadena. Realizó trabajos de isomería nuclear en París bajo la dirección de Jean Fréderic Joliot-Curie. Fue el primero en establecer teóricamente que el muón se desintegra en un electrón sin emisión de fotones. Propuso un método radioquímico de detección de neutrinos procedentes tanto del Sol como de los reactores nucleares y formuló por vez primera la universalidad de la interacción nuclear débil del electrón y el muón con los nucleones.
Afiliado al partido comunista italiano, creyó firmemente en el proyecto soviético, y a tal fin se trasladó en 1950 a la Unión Soviética, lo que causó un considerable revuelo en las autoridades occidentales, y fue causa segura de que le fueran negados los galardones de los que, sin duda, fue merecedor. Tres meses después de su llegada se encontraba trabajando en Dubna, en cuyo laboratorio se había construido un sincrociclotrón. Emprendió estudios sobre la interacción entre los piones negativos y los núcleos, la producción de piones neutros en colisiones entre nucleones. Formuló, de forma simultánea e independiente a A. Pais, la hipótesis de la producción asociada de hiperones y mesones pesados en la interacción fuerte, comprobada varios años más tarde en el cosmotrón y que dio origen a la propiedad llamada extrañeza, número cuántico que dio origen a uno de los quarks en la teoría de Gell-Mann
En 1957 presentó una breve memoria sobre la posibilidad de que un tipo de neutrinos se transformara en otro, como analogía de lo ocurrido con los kaones neutros. Esta teoría, llamada de las oscilaciones, se comprobó experimentalmente en 1999. Profundizando más en la idea, propuso en 1959 la existencia de un neutrino muónico, diferente del producido en la desintegración normal de los núcleos, e indicó un experimento para su identificación en un acelerador de partículas. Su experimento, realizado por los físicos americanos L. Lederman, M. Schwartz y J. Steinberger en el laboratorio de Brookhaven, tuvo el resultado predicho por Pontecorvo, y aquellos ganaron el premio Nobel
También propuso, ese mismo año, la posibilidad de que hubiera producción de neutrinos en pares en la radiación de frenado o bremsstrahlung de electrones rápidos por colisión con núcleos, proceso que tiene lugar en ciertas etapas de evolución estelar y que representa un importante papel en el balance energético del universo. En 1956 apuntó la posibilidad de reacciones exóticas de aniquilación de antiprotones en un núcleo, varios meses antes de que E. Segre descubriera el antiprotón. La investigación experimental de estos procesos, que reciben en la actualidad el nombre de reacciones de Pontecorvo, se realizó treinta años después -cuando la técnica fue posible- y se ha convertido en un campo de investigación muy activo
En 1958 fue elegido asociado de la Academia Soviética de Ciencias, y miembro de pleno derecho en 1964. Fue galardonado con el premio Lenin. Fue profesor de la Universidad Estatal de Moscú, donde ocupó la cátedra de física de partículas elementales. El reconocimiento científico de sus actividades, no obstante, fue ensombrecido por su nula asistencia a los congresos internacionales, pues el estado soviético le negó el visado necesario.
Tan sólo la presión de su director le facilitó viajar, desde 1959, a los países del área de influencia soviética. Esta limitación lo deprimió profundamente. Cuando se desencadenó una campaña en su país para desprestigiar a su colega A. Sajarov por formular abiertamente la necesidad de una reforma en profundidad del estado soviético, se negó a participar, lo que le enemistó aún más con las autoridades de su patria de adopción. La primera vez que se le permitió regresar a su país fue en 1978, cuando ya mostraba síntomas de la enfermedad de Parkinson, para recibir tratamiento
Fue un autor prolífico en artículos de investigación, además de un afortunado traductor al ruso de los trabajos de E. Fermi, que fueron editados en 1971. En su memoria se ha establecido un premio internacional para los trabajos individuales más sobresalientes en física de partículas
(Pisa, 1919) Director de cine italiano. Debido a la influencia ejercida por su hermano, el eminente ingeniero atómico Bruno Pontecorvo, Gillo Pontecorvo se licenció en Química, aunque de inmediato rechazó la perspectiva de poner en práctica sus recién estudiados conocimientos teóricos y optó por ejercer el periodismo. Fue enviado a Francia como corresponsal de diversos periódicos y revistas, y allí comenzó a sumergirse en los ambientes cinematográficos.
El realizador Yves Allegret le contrata como ayudante de dirección, y ocasionalmente como actor, pero su vinculación al periodismo le hace plantearse la posibilidad de dedicarse al cine documental, género que siente muy próximo a sus verdaderos intereses personales. De vuelta a Italia compra una cámara de 16 milímetros y empieza a rodar reportajes. Asentado ya como documentalista, con cerca de quince películas en su haber, el prestigioso reportero cinematográfico Joris Ivens le ofrece participar como codirector de un filme de ficción en episodios, La rosa de los vientos.
El capítulo dirigido por Pontecorvo refleja a las claras aspectos que seguirán apareciendo en su filmografía posterior, como su deseo de contar historias de marcados tintes políticos y donde las situaciones polémicas se presentan como un debate dialéctico de los personajes. En este caso, entre una trabajadora italiana que participa en la ocupación de una fábrica y su compañero sentimental, militante de izquierdas pero que reacciona de forma machista ante la actitud reivindicativa de su amada
Su carrera se ha caracterizado por esa adscripción al cine de denuncia que tanto influyó sobre todo durante los años sesenta, pero, a diferencia de otros colegas, Gillo Pontecorvo pretende mantener un cierto distanciamiento con lo narrado, de manera que el espectador contemple las imágenes como hechos objetivos. Mientras que su anterior trabajo como periodista aflora en las grandes dosis de documentación histórica que llevan detrás sus largometrajes, lo cual provoca de rebote que nunca se de prisa en realizar una película, sino que elija un tema concreto y lo prepare concienzudamente
Dichas pretensiones de fidelidad a los acontecimientos reales y de ausencia de maniqueísmo político se demuestran, sin embargo, falsas. Su primera obra, Prisioneros del mar, relataba ya la dura vida de los pescadores sin escatimar los detalles sobre la explotación en que desarrollan sus condiciones de trabajo. Kapó se centraba en los campos de concentración nazis, en un intento por recordar el genocidio padecido por los judíos. O, en fin, La batalla de Argel, obra que le lanzó a la fama internacional, mostraba con cierta simpatía la lucha de los argelinos por la independencia
Queimada supuso un giro en su carrera, por cuanto pasó de trabajar con una mayoría de actores no profesionales, reclutados en los lugares donde rodaba, a que intérpretes de la talla internacional de Marlon Brando o Francisco Rabal protagonizasen sus películas. Además, la ficción pura fue ganando terreno a lo que antes eran imágenes documentales o docudrama. Sin embargo, sus películas continuaron suscitando la polémica internacional incluso cuando le ofrecieron encargos, caso de Operación Ogro, donde se describen minuciosamente los preparativos del atentado de ETA contra el Almirante Carrero Blanco. Acusado tanto de apologista del terrorismo como de reaccionario (según esas afirmaciones vengan de intelectuales de derechas o de izquierdas), en su obra se defiende el derecho a la emancipación de los pueblos, sea Argelia, el País Vasco o los esclavos negros
Apartado de la realización cinematográfico desde finales de los años setenta, retornó en 1996 con dos películas, Festival y The stupids. Ha presidido entre 1992 y 1996 la Mostra de Venecia, uno de los más importantes festivales cinematográficos del mundo y desde cuya plataforma defendió con ardor el proteccionismo cultural frente a la industria norteamericana