Poeta y periodista salvadoreño. En el ámbito periodístico, firmó muchos de sus escritos con el pseudónimo de "Pedro C. Maravilla". Hombre de formación autodidacta, publicó sus primeros poemas la revista cultural Lumen, dirigida por los poetas Joaquín Castro Canizales y Rafael Cuéllar.
Su presencia en el panorama intelectual centroamericano le permitió relacionarse con numerosos artistas y escritores con los que formó el denominado grupo "Cactus". Allí militaban algunas plumas de la talla de Salvador Efraín Salazar Arrué ("Salarrué"), Alberto Guerra Trigueros, Jacinto Castellanos Rivas, Salvador Cañas, Emma Posada, Mercedes Viaud Rochac y, entre otros, los hermanos José y Luis Mejía Vides.
Colaboró con numerosos medios de comunicación de su país desde mediados de los años veinte, como el Diario de Occidente, El Salvadoreño y Queremos. A finales de dicha década asumió la dirección de un suplemento humorístico (El Tarugo) que, inserto en el rotativo El Espectador, se convirtió en una de la publicaciones satíricas más difundidas en su entorno centroamericano. Editó además el semanario titulado El Señor Diablo. Sin embargo, los escritos periodísticos que más fama le granjearon fueron sus artículos en El Diario de Hoy, donde durante dieciséis años mantuvo vigente una columna diaria titulada Ventana de colores
Desde 1950 a 1956 Serafín Quiteño ocupó la vicepresidencia de la Asamblea Legislativa, desde donde realizó gestiones destinadas a la promoción cultural (entre las que destaca la fundación de la Dirección General de Bellas Artes). El reconocimiento de sus méritos literarios y su dedicación pública le hizo merecedor de numerosos honores, premios y distinciones. Retirado de los círculos culturales y políticos salvadoreños en su vejez, pasó sus últimos años en su finca "El Ángel", de Ayutuxtepeque
Entre sus obras sobresale el poemario titulado Corasón con S (1941), libro que, ilustrado por la portada del mencionado "Salarrué" y por los grabados interiores de José Mejía Vides, fue recibido con grandes elogios . Además, Serafín Quiteño fue autor, en colaboración con el poeta nicaragüense Alberto Ordóñez Argüello, de otro poemario titulado Tórrido sueño (1957), por el que ambos escritores fueron galardonados con el segundo premio del Certamen Nacional de Cultura, convocado en la capital salvadoreña en 1955.
Caudillo quiteño que vivió a principios del siglo XVI y fue, junto a Caracuchina, el principal general de las tropas del rey inca Atahualpa. Quizquiz encabezó las tropas de Atahualpa que se enfrentaron a las huestes del hermano de éste, Huáscar, tras la muerte de su padre, el inca Huayna Capac, pues tras su muerte en 1526 había dejado al primero el territorio de los quitus y de sus tribus confederadas.
En 1531, Huáscar, descontento con la creciente fama de su hermano, lanzó a sus tropas contra sus posesiones. Los cuzqueños conquistaron la ciudad de Tomebamba y todo el territorio de las tribus cáñari, vasallos del soberano quiteño. Reunió a Quizquiz y a los caudillos Caracuchina y Rumiñahui para que le aconsejaran sobre qué actitud a tomar ante el ataque. Los caudillos aconsejaron contraatacar, propuesta que fue aceptada por Atahualpa.
Quizquiz fue nombrado general en jefe de las tropas quiteñas y, auxiliado por Caracuchina y Rumiñahui, reunió a sus efectivos en la llanura de Turubamba. Las tropas de Huáscar, a las que se habían unido los hombres del cacique cáñari Chapera, avanzaron hacia Quito. Con el fin de frenar a los invasores, Quizquiz ordenó ocupar el puente del río Ambato, e hizo avanzar al grueso de sus fuerzas hacia Mocha, donde tuvo lugar el primer enfrentamiento entre ambos ejércitos.
Las tropas de Quizquiz fueron derrotadas y el general se vio obligado a ordenar la retirada. Atahualpa le ordenó reunir a lo que quedaba de sus fuerzas y unirse a las tropas de Caracuchina en Catacunya, donde se intentaba frenar al enemigo. El nuevo enfrentamiento tuvo lugar en Ambato; la batalla se alargó durante todo el día pero, al llegar la noche, los quiteños obtuvieron la victoria.
Quizquiz recibió la orden de no avanzar hasta que no supiese cuales eran las intenciones de Huáscar. Éste envió a Huanca Auqui para continuar la lucha. Quizquiz ordenó ocupar el puente del río Tomebamba, pero no pudo contener el ataque de los incas, quienes hicieron preso a Atahualpa, que se encontraba visitando a sus tropas. El soberano consiguió escapar y unirse a Quizquiz, quien había organizado sus defensas en el cerro de Molleturo, donde fue sitiado por las tropas cuzqueñas. La llegada del soberano levantó la moral de los combatientes, quienes lograron romper el cerco y obtener la victoria. El general quiteño hizo descansar a sus tropas durante unos días tras lo cual las lanzó sobre Tomebamba, donde tuvo lugar una segunda batalla.
Huanca Auqui se vio obligado a retirarse ante el empuje de los quitus. Atahualpa ordenó a su general que penetrara en la región oriental y que sometiera a los quijos, pueblo que habitaba en las márgenes de los ríos Coca, Quijos y Alto Napo. Pero se vio sorprendido por Huanca Auqui, quien atacó a las tropas quiteñas de la frontera, tras lo que retrocedió a Cusibamba. El jefe de las tropas quitus ordenó el contraataque obteniendo la gloriosa victoria de Cusibamba.
Los cuzqueños huyeron hacia Cajamarca, donde se les unieron 10.000 guerreros chachapoyas, los cuales fueron enviados a detener el avance de las tropas de Quizquiz. La batalla tuvo lugar en Cochaguailla, donde el caudillo cacique quiteño dio muestras de su gran capacidad táctica, lo que le permitió infringir la derrota definitiva a Huanca Auqui. Siguiendo las órdenes de Atahualpa conquistó Cajamarca y avanzó hasta Huamachaco y los ríos Pacasmayo y Yanamayo, lo que coincidía con los límites que le habían correspondido al soberano quitus según el testamento de Huayna Capac.
Huáscar envió nuevas tropas que se enfrentaron a las huestes de Quizquiz en las orillas del río Bombón y, a pesar de que no habían descansado desde la batalla de Cusibamba, obtuvieron la victoria tras tres duros días de combate, aunque las bajas fueron numerosas en ambos bandos. El soberano inca respondió poniendo al frente de sus hombres a Mayta Yuapangui, quien se enfrentó a Quizquiz en el valle de Yanamarca, y fue derrotado. El general quiteño ordenó a sus hombres que persiguieran a las tropas enemigas en su huida; sus escuadras las alcanzaron en el río Angoyuco donde el resto del ejército cuzqueño fue derrotado en su mayor parte.
Al quedarse sin ejército, Huáscar solicitó ayuda a todas las provincias del imperio que todavía se encontraban bajo su control. Tras reunir un poderoso ejército marchó a enfrentarse a Quizquiz. Consiguió a derrotar a su segundo, Caracuchina, y se encontró con el caudillo a orillas del río Cotabamba. El general quiteño se vio obligado a retirarse, pero consiguió frenar las huida de sus hombres y los hizo regresar para enfrentarse a los cuzqueños. Aprovechó que éstos se encontraban celebrando su victoria para organizar las tropas en torno a ellos y reorganizar a sus hombres. Ordenó el ataque al amanecer, lo que sorprendió a las tropas de Huáscar, que se encontraban recuperándose de las celebraciones. Sin embargo, los incas pudieron reorganizarse y contener la arremetida quiteña.
En el fragor del combate, Quizquiz divisó la armadura dorada del soberano inca, quien se encontraba observando la batalla desde un cerro cercano. Rápidamente decidió hacerle prisionero. Para distraer la atención del grueso de las tropas enemigas ordenó al grueso de sus tropas llevar la lucha hacia las laderas de los montes Chontacajas. Mandó a un grupo de sus mejores soldados hacia donde se encontraba Huáscar, consiguieron sorprender a su escolta y hacerle prisionero. La noticia se extendió entre sus hombres, quienes emprendieron la huida.
Esto permitió a Quizquiz entrar victorioso en la capital de los incas, la ciudad sagrada de Cuzco. Ordenó la ejecución de toda la familia real, lo sacerdotes cuzqueños, las vírgenes del sol, los orejones, los nobles de la corte imperial, los jefes del ejército y los altos funcionarios del gobierno de Huáscar. Proclamó a Atahualpa el único inca y señor de todo el Tahuantinsuyu. Cuando Atahualpa fue hecho prisionero por Pizarro el 16 de noviembre de 1532 en Cajamarca, Quizquiz fue el organizador de la resistencia desde Quito, lo que se conoció como la resistencia quiteña, pero fue derrotado finalmente por los españoles