Historiador y político francés. Se crió en el campo bajo el cuidado de su madre, protestante, que ejerció una notable influencia sobre su formación moral e intelectual; tras una breve estancia en el colegio, abandonó los estudios regulares y, poco después, un empleo bancario, para dedicarse de un modo libre a los estudios históricos y jurídicos.
Ejercieron decisiva influencia sobre la orientación del joven Edgard Quinet la lectura de Chateaubriand y de Herder, del último de los cuales tradujo y publicó (1825), acompañados de un prólogo, las Ideas sobre la filosofía de la historia de la humanidad. La obra, elogiada por Goethe, y honorablemente comentada por Cousin, hizo popular el nombre del joven estudioso.
Se dedicó después a investigaciones y viajes por Alemania (1827), Grecia (1828-30) e Italia (1833), cuyo relato publicó en numerosos artículos en la Revue de Deux Mondes y en Alemania e Italia (1839). En 1833 había contraído matrimonio en Alemania con Mina Moret. En 1839 fue llamado a desempeñar la cátedra de Literaturas extranjeras en la Academia de Lyon y, dos años después, la de Literaturas meridionales en el Collège de France de París, creada ex profeso para él. Desde la cátedra, y junto a Michelet, Edgard Quinet inició aquella tempestuosa carrera de propagandista de las ideas democráticas y liberales que hizo de sus cursos una batalla continua y que en 1846, a consecuencia de su polémica antijesuítica y antiultramontana, indujo a Guizot a destituirlo.
Tomó parte activa en la revolución de 1848, y fue reintegrado en su cátedra, pero su vigorosa diatriba contra Napoleón III determinó su expulsión de Francia (1852). Desde este año hasta 1870 vivió en Bruselas y en Suiza, regresando a París el 4 de septiembre de 1870, para tomar parte en los movidos episodios del sitio y de la Commune; en 1871 fue elegido diputado del Sena para la Asamblea Nacional.
Escritor brillante y vigoroso, Quinet fue uno de los más ilustres exponentes de aquella historiografía doctrinaria y revolucionaria, en la que la pasión política se presentaba íntimamente compenetrada con la dedicación a la historia y a la filosofía (de base hegeliana) que determina también su metodología; y en este sentido, y dentro de estos límites, dejó algunas obras de notable vigor histórico-constructivo o de síntesis histórico-ideológica y de actualidad política, como, además de las citadas, Las revoluciones de Italia (1848-52), Historia de mis ideas (1858), Filosofía de la historia de Francia (1858), La Revolución (1865), France et Italie (1867), La cuestión romana ante la Historia (1867), etcétera. Una colección completa de los trabajos de Edgard Quinet fue publicada póstumamente (1877-82), preparada por su segunda esposa
(Oviedo, 1949) Jugador de fútbol español. Procedía de una familia de deportistas muy ligada al fútbol; su hermano y su padre también fueron jugadores. Desde muy pronto despuntó como delantero dotado de un gran olfato goleador.
En 1968, tras unos años en el Ensidesa, debutó en la primera división con el Sporting de Gijón, donde transcurriría la mayor parte de su vida deportiva. En julio de 1980 fichó por el Barcelona por cuatro temporadas; el club catalán pagó por él una cifra astronómica en la época. En 1984 volvió a fichar por el Sporting de Gijón, equipo con el que se retiraría el 21 de agosto de 1987, en un partido-homenaje que le tributaron el Sporting de Gijón y el Real Madrid en el campo del Molinón
En su palmarés figuran dos Copas del Rey, una Recopa y una Copa de Liga, además de un Campeonato Continental Amateur. Fue máximo goleador de la liga española en cinco ocasiones: 1974, 1976, 1980, 1981 y 1982 (las tres primeras con el Sporting y las dos últimas con el Barcelona). Como internacional disputó 35 partidos con la selección española y participó en los mundiales de Argentina (1978) y de España (1982) y en la Eurocopa de 1980.
Además de por su habilidad casi sobrenatural como delantero, que le valdría el sobrenombre de "El brujo", Quini es también recordado por el dramático episodio de su secuestro, cuando descollaba como máximo anotador con el club barcelonés. El día 1 de marzo de 1981, después del partido Barcelona-Hércules, fue secuestrado cuando se disponía a ir al aeropuerto a recoger a su esposa. Durante muchos días su desaparición fue un misterio, pues los secuestradores tardaron bastante tiempo en ponerse en contacto con la familia.
Finalmente, tras complicadas negociaciones, pudo ser liberado el 25 de marzo de 1981, en Zaragoza, en un taller en el que había permanecido durante su secuestro. El asunto perjudicó no sólo al jugador y a su familia, sino también al F.C. Barcelona; la moral del vestuario se hundió y el equipo terminó dejando escapar un título liguero que tenía muchas probabilidades de ganar
Tras su retiro, Quini continuó vinculado al mundo del fútbol como secretario técnico del Sporting de Gijón, cargo que ocupó hasta junio de 1990. En mayo de 1990 participó en la Copa de Legendarios del Fútbol; el equipo español quedó en quinto lugar, y Quini anotó tres tantos. En junio de 1990 se hizo cargo del puesto de coordinador de la Escuela de Fútbol del Sporting de Gijón, destinada a niños de entre 6 y 14 años