Filósofo estadounidense. Profesor en Harvard (desde 1962), rechaza el utilitarismo y otras fundamentaciones contemporáneas de la ética y busca una Teoría de la justicia (1971) válida. Es uno de los más destacados teóricos del liberalismo. Autor de Igualdad, libertad y derecho (1994), El liberalismo político (1996), Debate sobre el liberalismo político (1998), entre otros títulos
(Santiago del Estero, 1884 - Buenos Aires, 1952) Militar argentino. Miembro de una familia sanjuanina de origen estadounidense, se graduó en 1905 en el Colegio Militar, del que luego fue profesor. En la década de 1920 realizó campañas militares contra los indios chaqueños como oficial de caballería. Fue agregado militar en Bolivia y director de la Escuela de Caballería.
Su papel de jefe militar lo colocó inesperadamente en medio de la escena política en 1943. Los militares temían que se volviera a orquestar un fraude electoral en las próximas elecciones en favor del dueño de ingenios azucareros y dirigente conservador salteño Robustiano Patrón Costas, lo que habría significado la perpetuación en el poder del régimen instaurado por el general Justo. Tenían además en cuenta la crítica situación económica que estaba atravesando una ancha franja de la sociedad, potencialmente difícil de controlar.
Otra cuestión que les inquietaba era la corrupción y el peculado que se habían instalado en altas áreas gubernamentales y que amenazaba contagiar a toda la sociedad. Por otro lado, no veían con agrado la constante negativa del presidente Castillo, dirigente conservador catamarqueño, de encabezar un golpe palaciego que lo librara de la tutela de los elementos más conservadores del espectro político argentino. Temían además verse enredados en la contienda mundial en el caso de que el presidente quebrase la tradicional neutralidad argentina y declarase la guerra a las potencias del eje, cediendo así a las presiones de los Estados Unidos.
Éstas eran las razones que llevaron a altos jefes del ejército a formar el Grupo Obra de Unificación (GOU), una organización secreta de la cual no formaba parte Rawson. El 4 de junio de 1943, ante la remoción por parte de Castillo del ministro de Guerra y jefe del GOU, general Ramírez, éste comunicó al presidente que había sido derrocado y sustituido por el general Arturo Rawson. En realidad, este último ignoraba la existencia del GOU, por lo que supuso que el emisario que le planteó asumir el poder estaba plegándose a otro movimiento militar que él preparaba por cuenta propia.
El movimiento contó con la tácita aprobación de la ciudadanía, circunstancia que quedó a la vista con las señales de adhesión que recogían las tropas en su avance hacia la Casa Rosada, sede del gobierno, con el general Rawson a la cabeza. La nueva conducción encabezada por éste no tenía un plan claro de gobierno, y las desinteligencias que esto habría de acarrear se traslucieron inmediatamente al anunciarse el gabinete, dado que dos integrantes del mismo eran considerados como elementos de continuidad con el régimen depuesto.
Se produjeron intensos cabildeos durante todo el día 5 y parte del 6 cuando, ante el empecinamiento de Rawson de no desprenderse de los ministros cuestionados, se le comunicó que no contaba con el apoyo del ejército, razón por la cual debió renunciar antes de haber prestado juramento. La renuncia fue presentada al general Pedro Pablo Ramírez, gesto con el que Rawson reconocía la verdadera jefatura del movimiento.
Rawson aceptó el cargo de embajador argentino ante Brasil, al que renunció al poco tiempo en virtud de sus desacuerdos con los contenidos del proyecto gubernamental para retirarse a la vida privada. Reapareció públicamente en Buenos Aires en 1945 en la “marcha de la constitución y la libertad”, manifestación multitudinaria que trataba de detener el acceso de Juan Domingo Perón al poder. Fue llevado ante un tribunal militar, pero fue absuelto. Se retiró como general de división. Fue autor del libro Argentina y Bolivia en la epopeya de la emancipación.