Industrial y político alemán. Hijo del presidente de la Sociedad General de Electricidad, AEG, dirigió ésta tras la muerte de su padre. Destacó en el mundo político como director de la Oficina de Materias Primas y Racionamiento durante la Primera Guerra Mundial. A partir de 1921 se le encomendó el puesto de ministro de la Reconstrucción y, un año después, el de Asuntos Exteriores. Su hito más importante fue la firma, en 1922, del Tratado de Rapallo con la Unión Soviética, hecho por el que fue asesinado
Walter Rathenau fue, al mismo tiempo, uno de los más destacados industriales alemanes y un hombre de estado. Sobresalió en la vida política y económica de Alemania como un gran idealista y muestra de ello fue que, a pesar de ser uno de los más importantes industriales del país, era muy crítico con la tiranía que estaba imponiendo a la sociedad la creciente "tecnologización".
Aunque era un representante destacado de la burguesía alemana, abogaba por la centralización de la economía, y entremezclaba en su pensamiento político elementos del capitalismo y de la planificación estatal. Fue uno de los inspiradores del sistema bolchevique de organización económica, a través de la centralización económica, de las materias primas y de las divisas. Algunos de los más destacados dirigentes bolcheviques consultaron a Rathenau sobre sus planes económicos para aplicarlos más tarde a la Revolución rusa.
Al poco tiempo de estallar la Primera Guerra Mundial, el estado imperial le encomendó la tarea de dirigir el Departamento de Materias Primas en el Ministerio Alemán de la Guerra. En este puesto se encargó de organizar la economía interior de Alemania durante el conflicto bélico, especialmente del racionamiento de los víveres para la población germana. El modelo que implantó durante la guerra inspiró directamente los métodos económicos que Lenin aplicó en la Unión Soviética, concretamente los planes económicos.
En el año 1915 falleció su padre, por lo que, como ya se ha señalado, tuvo que encargarse de dirigir los negocios de éste, al tiempo que seguía desempeñando su cargo de funcionario público. De esta manera, Rathenau se convirtió en el presidente de la Sociedad General de Electricidad, la AEG, posiblemente el mayor imperio industrial del país. Los negocios de Rathenau no se redujeron sólo al campo de la electricidad, sino que se diversificaron en otros campos, como el del metal, con la producción de hierro y acero, y las industrias químicas, así como las de pieles y caucho
Finalizada la guerra, Rathenau se mantuvo en la vida pública. En el año 1921 se le encargó, debido a su eficacia durante el conflicto bélico, el Ministerio de la Reconstrucción, en un país destrozado por las heridas causadas por el enfrentamiento mundial. Su labor al frente de este departamento comenzó, ese mismo año, con la negociación con Loucheur del pago parcial en especies de las reparaciones de guerra concertadas en el Tratado de Versalles, en el que fue conocido como acuerdo de Wiesbaden.
Su prestigio internacional hizo que un año más tarde se le nombrase ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de la República de Weimar. Su misión al frente de este departamento fue, principalmente, la de persuadir a los aliados para que revisasen sus demandas respecto a las reparaciones