Dinastía de industriales alemanes de origen judío. Emil Rathenau fundó en 1883 una empresa dedicada a fabricar en Alemania productos patentados por Edison; en 1887 la compañía asumió el nombre de Sociedad General de Electricidad (Allgemeine Elektrizitäts Gessellchaft), cuyas siglas AEG continúan identificándola hoy. El talante emprendedor de Rathenau le llevó a fundar también la compañía Telefunken en 1903, en colaboración con el ingeniero Werner von Siemens.
Su hijo Walter Rathenau (1867-1922) heredó la dirección del consorcio AEG al comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914-18). Comprendiendo la importancia de la regulación gubernamental del aparato productivo para alimentar el esfuerzo de guerra, Rathenau impulsó la organización de una economía de guerra en Alemania y fue nombrado director de la oficina encargada del abastecimiento de materias primas. El éxito logrado en aquella misión fue el inicio de una carrera política, pues Rathenau participó en la posguerra en la fundación del Partido Democrático Alemán que actuó durante la República de Weimar (1919-33); su ideario, democrático e inclinado a la cooperación internacional, abogaba por una regulación pública de la economía, consciente de que los tiempos del capitalismo liberal habían pasado.
Diferentes equipos de gobierno le llamaron para participar en conferencias de paz (entre 1919 y 1921) y en la comisión de nacionalizaciones de 1920. Él mismo fue ministro de Reconstrucción en 1921 y de Asuntos Exteriores en 1922. Desde este último puesto mantuvo las estrechas relaciones de Alemania con las potencias occidentales, basadas en su idea de que Alemania debía cumplir las condiciones del Tratado de Versalles para iniciar la reconstrucción de Europa; pero firmó el Tratado de Rapallo (1922) con la Unión Soviética, afirmando así la independencia política de su país por primera vez desde que saliera derrotado de la guerra.
Rathenau era un personaje polifacético y de actividad desbordante: además de su vida política y de dirigir la AEG, era miembro de un centenar de consejos de administración de sociedades anónimas de diversos campos industriales y financieros, lo cual compatibilizaba con su labor de escritor, filósofo y ensayista sobre temas políticos, económicos y sociales.
La derecha nacionalista alemana le odiaba, por demócrata, por intelectual y por judío, por haber propiciado el entendimiento con la Rusia comunista y porque veía en él un símbolo de la aceptación de las cláusulas humillantes impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles. Por todo ello, fue asesinado por dos jóvenes fanáticos de extrema derecha
(Berlín, 1867-1922) Industrial y político alemán. Hijo del presidente de la Sociedad General de Electricidad, AEG, dirigió ésta tras la muerte de su padre. Destacó en el mundo político como director de la Oficina de Materias Primas y Racionamiento durante la Primera Guerra Mundial. A partir de 1921 se le encomendó el puesto de ministro de la Reconstrucción y, un año después, el de Asuntos Exteriores. Su hito más importante fue la firma, en 1922, del Tratado de Rapallo con la Unión Soviética, hecho por el que fue asesinado
Walter Rathenau fue, al mismo tiempo, uno de los más destacados industriales alemanes y un hombre de estado. Sobresalió en la vida política y económica de Alemania como un gran idealista y muestra de ello fue que, a pesar de ser uno de los más importantes industriales del país, era muy crítico con la tiranía que estaba imponiendo a la sociedad la creciente "tecnologización".
Aunque era un representante destacado de la burguesía alemana, abogaba por la centralización de la economía, y entremezclaba en su pensamiento político elementos del capitalismo y de la planificación estatal. Fue uno de los inspiradores del sistema bolchevique de organización económica, a través de la centralización económica, de las materias primas y de las divisas. Algunos de los más destacados dirigentes bolcheviques consultaron a Rathenau sobre sus planes económicos para aplicarlos más tarde a la Revolución rusa.
Al poco tiempo de estallar la Primera Guerra Mundial, el estado imperial le encomendó la tarea de dirigir el Departamento de Materias Primas en el Ministerio Alemán de la Guerra. En este puesto se encargó de organizar la economía interior de Alemania durante el conflicto bélico, especialmente del racionamiento de los víveres para la población germana. El modelo que implantó durante la guerra inspiró directamente los métodos económicos que Lenin aplicó en la Unión Soviética, concretamente los planes económicos.
En el año 1915 falleció su padre, por lo que, como ya se ha señalado, tuvo que encargarse de dirigir los negocios de éste, al tiempo que seguía desempeñando su cargo de funcionario público. De esta manera, Rathenau se convirtió en el presidente de la Sociedad General de Electricidad, la AEG, posiblemente el mayor imperio industrial del país. Los negocios de Rathenau no se redujeron sólo al campo de la electricidad, sino que se diversificaron en otros campos, como el del metal, con la producción de hierro y acero, y las industrias químicas, así como las de pieles y caucho
Finalizada la guerra, Rathenau se mantuvo en la vida pública. En el año 1921 se le encargó, debido a su eficacia durante el conflicto bélico, el Ministerio de la Reconstrucción, en un país destrozado por las heridas causadas por el enfrentamiento mundial. Su labor al frente de este departamento comenzó, ese mismo año, con la negociación con Loucheur del pago parcial en especies de las reparaciones de guerra concertadas en el Tratado de Versalles, en el que fue conocido como acuerdo de Wiesbaden.
Su prestigio internacional hizo que un año más tarde se le nombrase ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de la República de Weimar. Su misión al frente de este departamento fue, principalmente, la de persuadir a los aliados para que revisasen sus demandas respecto a las reparaciones de guerra
Como ministro de Asuntos Exteriores, Rathenau participó en la Conferencia de Génova, que se había concertado para estudiar el reconocimiento del gobierno revolucionario de la Unión Soviética. En el marco de dicha conferencia mantuvo reuniones con diferentes representantes bolcheviques para, finalmente, firmar el Tratado de Rapallo (1922). Por dicho acuerdo, la República de Weimar se comprometía a reconocer el régimen comunista soviético y se establecía entre ambos países una estrecha colaboración económica.
El reconocimiento unilateral por parte de Weimar de la Unión Soviética socavó completamente las bases de la Conferencia de Génova. En el ámbito económico, Alemania y la URSS acordaron cancelar sus deudas mutuas anteriores a la Primera Guerra Mundial y renunciaron, de manera expresa, a las reparaciones de guerra. El tratado fue especialmente ventajoso para los germanos, ya que concedió a Alemania el trato de nación más favorecida por la Unión Soviética y, además, le daba prioridad en los acuerdos comerciales. No sólo se hicieron pactos en los ámbitos diplomático y económico, sino que hubo otros de carácter secreto
Gracias al Acuerdo de Rapallo, la URSS permitió la reorganización del ejército alemán, aunque de manera secreta, pues ésta era una de las principales prohibiciones del Tratado de Versalles. Además, el régimen soviético facilitaría la producción y el perfeccionamiento de sus nuevas armas en tierras rusas. Ambos estados establecieron relaciones diplomáticas, seguros económicos y beneficios militares. Rathenau llevó el peso de las negociaciones junto con el ruso Tchitcherine. Los signatarios de esta especie de traición a la Conferencia de Génova fueron, representando a Weimar, además de Rathenau, Mendelssohn y Von Ballin, y, por parte soviética, Trotsky, Litvinoff, Rakovsky, Joffé, Sobelssohn, Radek y Tchitcherine.
El gobierno soviético, ante el temor de que el resto de las potencias europeas tomara represalias, trató de aclarar que el acuerdo no significaba la creación de un bloque germano-soviético, en oposición al resto de Europa. El tratado produjo protestas por parte de las delegaciones británica, francesa y de otros países aliados presentes en la Conferencia de Génova, lo que llevó a la exclusión de Alemania de la comisión política de la misma
Walter Rathenau no podía imaginar que llegar a tal acuerdo con la Unión Soviética iba a ser la causa de su muerte. Tras la firma, un amplio grupo de la ultraderecha alemana empezó a considerarlo el blanco perfecto para descargar sus frustraciones. La ultraderecha no le perdonaba su origen judío ni su riqueza; veía en sus negociaciones de las reparaciones de guerra una traición, y, en el acuerdo con los bolcheviques, la amenaza de la revolución comunista.
El 24 de junio de 1922 Rathenau fue asesinado por unos sicarios mandados por las alas más reaccionarias de la ultraderecha nacionalista alemana. A pesar de que los pistoleros que ejecutaron la acción terrorista fueron apresados, los tribunales germanos los juzgaron con sospechosa benevolencia. Las repercusiones del homicidio no se hicieron esperar y a las pocas semanas el mercado bolsístico alemán se colapsó de manera brutal