Narrador y ensayista uruguayo que perteneció a diversos movimientos estéticos, desde el realismo al modernismo pasando por el naturalismo. Procedía de una tradicional familia de hacendados. En 1915 fundó la Federación Rural, de influencia conservadora en la vida económica y política de su país. En 1894 publicó la novela Beba, de acentuado realismo en la descripción de escenarios y caracteres.
Hacia 1897 realizó un viaje a París y en sus libros de relatos El extraño (1897) y Sueño de rapiña (1898) reflejó toda la sensibilidad estética decadentista del modernismo hispanoamericano. Por otra parte, en su novela naturalista La raza de Caín (1900), se advierte la influencia de E. Zola. A ésta le seguirán El terruño (1916), donde describe la vida del campo uruguayo; El embrujo de Sevilla (1922), poema en prosa sobre la ciudad de Andalucía que se convertiría en un clásico y El gaucho florido (1932), su obra maestra, compuesta por una serie de episodios de la vida de la pampa.
Pasó una larga temporada en Francia, Inglaterra y España, y volvió a Sevilla en 1929, con carácter de enviado especial en la Exposición. Ya en situación económica difícil, se incorporó en Montevideo al cuadro de profesores de la Universidad (1932) y dirigió la radiodifusión en el país (1936).
Influyó en él poderosamente la personalidad de su ilustre compatriota José Enrique Rodó. A este respecto, afirma Valbuena Briones en su Literatura Hispanoamericana: "Hizo una división entre la novela tradicional de signo exterior y el estilo introspectivo que en lengua castellana se comenzaba, según él, entonces". Esta declaración fue elogiada por José Enrique Rodó, que escribió a propósito el artículo La novela nueva. Entre sus libros de ensayos, de fuerte influjo nietzscheano, destacan El ideal nuevo (1903), La muerte del cisne (1910) y Diálogos olímpicos (1918-1919). En 1970 se publicó póstumamente Diario, que cubre los años de su vida entre 1929 y 1933
(Kobiele-Wielkie, 1867 - Varsovia, 1925) Novelista polaco, premio Nobel de literatura en 1924, cuya obra indagó en la historia y el mundo rural de su país. Hijo de un organista de iglesia, no acabó siquiera los estudios primarios y alternó los más diversos oficios y actividades (actor, ferroviario, hermano lego en un monasterio) antes de dedicarse a la literatura, no sin haber conocido previamente las principales capitales europeas.
Esa experiencia vital le permitió retratar después muy diferentes ambientes y estratos sociales en sus obras, de inspiración realista. Comenzó escribiendo novelas cortas, las primeras de ellas inspiradas en la dura vida campesina, como ocurre con La perra (1893) y La muerte (1894). En La comediante (1896) y Fermentos (1897), más complejas, se adentra en los avatares de las compañías teatrales ambulantes y la bohemia.
En 1899 obtuvo gran éxito con La tierra prometida, ambiciosa novela en torno a la aparición de un gran centro industrial en una pequeña localidad y a las consecuencias de tal fenómeno, por la que desfila toda una galería de personajes, desde los grandes industriales hasta los obreros, y en la que fustiga particularmente a los nuevos ricos y manifiesta algunas opiniones antisemitas.
Su gran obra, sin embargo, es Los campesinos (1904-1909), una tetralogía de inspiración naturalista, en la que ensalza la vida primitiva y vinculada a la tierra de las gentes del campo, sometidas al curso cíclico de las estaciones, que determinan su comportamiento y su carácter. En ella, el autor pone el acento en los contrastes sociales entre terratenientes y campesinos, con particular atención a la dependencia de los factores económicos, al tiempo que glorifica el patriotismo y la presencia abrumadora de la naturaleza. Reymont escribió también una trilogía histórica, El año 1794 (1913-1918), cuyos resultados no justificaron, no obstante, el esfuerzo y la ilusión que puso en ella