Ministro de Asuntos Exteriores de la Alemania nazi . Era representante de la empresa de vinos de su suegro cuando se afilió al partido nazi (NSDAP) en los años veinte. Tenía cierta experiencia militar (había sido oficial durante la Primera Guerra Mundial de 1914-18) y diplomática (asistió a la negociación del armisticio), así como un buen conocimiento de idiomas y países extranjeros por sus viajes.
Por todo ello y por su total sumisión a Hitler, éste le promocionó en el seno del partido y del Estado nazi después de tomar el poder (1933). Como director de un servicio de inteligencia propio y extraoficial, fue el artífice del acuerdo naval anglo-alemán de 1935, que permitió a Alemania iniciar su rearme.
Como embajador en Londres entre 1936 y 1938, minimizó la fuerza del Reino Unido y animó al Führer a seguir sin temor una política expansionista y provocadora; él mismo fue designado para dirigirla como ministro de Asuntos Exteriores desde 1938. Reforzó la alianza del Tercer Reich con Italia y Japón y negoció el Pacto Germano-Soviético para repartirse Polonia (1939).
Aquella política, diseñada para reforzar la posición alemana a costa de Francia y Gran Bretaña, provocó la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Durante la misma, Ribbentrop siguió ejerciendo el cargo, aunque relegado a un segundo plano por la influencia de los militares y el poder personal de Hitler. Después de la derrota fue juzgado como responsable de crímenes de guerra por el Tribunal de Núremberg, condenado a muerte y ejecutado
(Adolf Ludvig, conde de Ribbing; Estocolmo, 1765-París, 1843) Político sueco. Tomó parte, junto con Horn y Anckarström, en el asesinato de Gustavo III (16 de marzo de 1762). Desterrado, vivió en París y en Bruselas. Colaboró con el Courrier français y escribió El verdadero liberal