Escritor español, autor de La Celestina. Fernando de Rojas procedía de una familia acomodada de judíos conversos de cuatro generaciones que fue perseguida por la Inquisición. Estudió derecho en Salamanca y, como todos lo estudiantes salmantinos de aquella época, debió de cursar tres años obligatorios en la Facultad de Artes, por lo que seguramente conoció los clásicos latinos y la filosofía griega. En posesión del título de bachiller en Leyes, para el que tuvo que estudiar nueve o diez años, comenzó a ejercer como abogado en Talavera, de donde llegó a ser alcalde.
Primera edición de La Celestina
Se cree, casi con certeza, que escribió un solo libro, pero de una importancia fundamental en la historia de la literatura: La Celestina. La primera edición que conservamos de la obra fue publicada anónimamente en 1499, en Burgos, con el título de Comedia de Calisto y Melibea. La obra está escrita como una pieza de teatro, en forma dialogada, y dividida en actos; la primera edición tenía dieciséis actos y las de 1502, tituladas Tragicomedia de Calisto y Melibea, veintiuno. Pese a este carácter de obra dramática, su extensión la hace casi irrepresentable. La obra fue escrita para ser leída en voz alta en un círculo de humanistas u oyentes cultos, los cuales pudieron haber hecho aportaciones; se sabe que el manuscrito circuló bastante antes de que el autor lo entregase a los impresores. Se calcula que de 1499 a 1634 se publicaron 109 ediciones en castellano, no sólo en España sino también en otros países de Europa, donde además fue traducida a diversas lenguas.
La obra sufrió a lo largo de las sucesivas ediciones del siglo XVI innumerables modificaciones y agregados, probablemente no debidos a la pluma de Fernando de Rojas. Se ha discutido si son de su autoría los cinco actos que tiene de más la edición que aparece con el título de Tragicomedia de Calisto y Melibea (1502), quizá escritos a petición de los lectores, que querían que se prolongara la historia de amor de Calisto y Melibea. Desde un primer momento, al parecer, el público rechazó el título de Comedia (según Rojas dado por el primer autor). Pronto se obvió el de Tragicomedia y empezó a llamarse Celestina o La Celestina al libro destinado a ser, con este nombre, uno de los más famosos de la literatura universal. Menéndez Pelayo lo consideró el mejor libro español después del Quijote
La Celestina
(Buenos Aires, 1896 - Santiago, 1973) Poeta y novelista chileno. Su trayectoria personal, que le llevó a realizar los más diversos oficios desde muy joven, le inspiró una obra repleta de referencias a las condiciones de vida de los más humildes. Dotado de un especial talento para el relato, desarrolló un estilo vivaz y ameno, y prestó especial atención a los elementos naturales. Se inició en el realismo social, pero pronto desvió su obra hacia un intimismo personal que lo alejó de las circunstancias tanto sociales como políticas de su entorno
Manuel Rojas
De padres chilenos, nació en la ciudad de Buenos Aires. Su infancia se vio alterada por constantes traslados desde la capital argentina a Chile, hasta que cruzó la frontera definitivamente con dieciséis años y ejerció las más diversas actividades laborales, habiéndose formado de modo autodidacta, ya que la temprana muerte de su padre le obligó empezar a trabajar con sólo once años.
Manuel Rojas ejerció de pintor, electricista, vendimiador, peón del ferrocarril, aprendiz de sastre y actor en compañías teatrales con las que recorrió gran parte del país. Con todo llegó a ser articulista en Los Tiempos y Las últimas noticias. Viajó, tras enviudar, por Europa, Sudamérica y Oriente Medio, llegó a ser profesor en la Universidad de Chile y recibió el Premio Nacional de Literatura en 1957.
Dedicó, no obstante todas sus ocupaciones, una gran parte de su vida a la creación literaria, con más de treinta publicaciones entre 1921 y 1971. La riqueza de su personal estilo dio obras de una brillante calidad poética y narrativa. Su expresión intimista, a partir de vivencias personales le permitió adentrarse en el mundo de los sentidos y de la psicología de sus personajes, logrando que parte del pueblo chileno se identificara claramente con los protagonistas y los ambientes de sus relatos.
Con el cuento El vaso de leche inauguró el surrealismo chileno; ello ilustra hasta qué punto Rojas fue creativamente innovador en la narrativa de su generación, en la que sobresalió a partir de Hijo de ladrón (1951), novela autobiográfica que le supuso el lanzamiento definitivo a la fama y al reconocimiento literario, tanto por parte de la crítica como del público en general. Se ha destacado la eficacia de su lenguaje sencillo, claro, motivador, apasionado pero también frío, y la densidad de sus ambientes oscuros de los arrabales, focos de pobreza donde se entrecruzan el alcohol y el sexo, los prejuicios y la solidaridad. Abundan en sus novelas los desheredados de la fortuna, los pequeños delincuentes y demás habitantes de los barrios pobres y marginales, retratados sin truculencia ni compasión.
Su actividad como novelista se inicia con la obra Lanchas en la bahía (1932), centrada en la vida de un joven despedido de su trabajo y en las relaciones que sostiene con un amigo y una prostituta. A esta ópera prima le siguieron cuatro novelas protagonizadas por una suerte de heterónimo del autor, Aniceto Hevia: Hijo de ladrón (considerada su trabajo más típico y logrado, 1951), Mejor que el vino (1958), Sombras contra el muro (1964) y La oscura vida radiante (1971). Otras novelas del autor son La ciudad de los Césares (1936) y Punta de rieles (1960). Publicó también recopilaciones de cuentos, como Hombres del Sur (1926), El delincuente (1929) y El bonete maulino (1943), e incursionó en la lírica con volúmenes como Poéticas (1921) y Tonada del transeúnte (1927)