Escritor e ingeniero español. Aportó importantes obras sobre ingeniería como Lecciones sobre la resistencia de los materiales (1853) e Instrucción sobre la estabilidad de las construcciones (1860). Amigo personal del ingeniero e inventor Leonardo Torres Quevedo, en 1893 Eduardo Saavedra calificó de "suceso extraordinario en la producción científica española" la Memoria sobre las Máquinas Algébricas que el cántabro acababa de presentar en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Fue también destacado arabista y publicó estudios arábigos como Escritos de los musulmanes sometidos al dominio cristiano (1878) y Estudios sobre la invasión de los árabes en España (1892). Entre sus principales trabajos historiográficos sobresale Ideas de los antiguos sobre las tierras atlánticas (1892).
Es recordado principalmente por haber realizado las investigaciones que permitieron determinar el emplazamiento de las ruinas de Numancia, por lo que la Academia de la Historia le concedió, en 1861, el título honorífico de "descubridor" de la antigua ciudad. Desestimó la posibilidad de que el enclave de la antigua Numancia coincidiera exactamente con la ciudad de Soria (como se venía creyendo hasta entonces) y desplazó su ubicación a unos siete kilómetros de la capital, justo en el punto conocido como cerro de Garay. Fue presidente de la Real Academia de la Historia
(La Paz, 1870 - Santiago de Chile, 1939) Político y escritor boliviano que fue presidente de la República de Bolivia entre 1921 y 1925. Estudió Derecho y, tras licenciarse, obtuvo la cátedra de Derecho Penal de la Universidad de La Paz, cargo que compatibilizó con su trabajo de abogado en la capital boliviana. Ejerció también como diplomático y, durante un breve período de tiempo, trabajó en los archivos de Sevilla, donde estudió la historia colonial boliviana. Siendo muy joven se afilió al partido Constitucional, presidido por Arce. En 1902 fue nombrado director general de límites del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Su ideología fue derivando hacia posiciones políticas liberales, lo que le valió ocupar la cartera de Instrucción en el gobierno presidido por Eliodoro Villazón. Al dejar su cargo fue elegido diputado y luego pasó a ocupar un escaño en el Senado. En 1915 rompió definitivamente con los liberales, lo que le llevó a fundar junto a otros antiguos correligionarios el Partido Republicano, cuya jefatura ejerció a partir junio de 1920. Jugó un papel preponderante en el golpe de Estado del 12 de julio de 1920 que derrocó al presidente Gutiérrez, tras el que asumió el control del poder
Formó junto a José María Escalier y Manuel Ramírez, destacados políticos republicanos, una junta de gobierno de transición. La primera decisión fue convocar elecciones para constituir una asamblea Constituyente que reformase la Constitución. La nueva Asamblea, en la que los partidarios de Saavedra eran mayoría, comenzó sus sesiones el 19 de diciembre de 1920. Como protesta por sus decisiones políticas, Escalier y Ramírez abandonaron la Junta de Gobierno y presentaron sus candidaturas para la presidencia.
La elección del máximo dirigente de la nación tuvo lugar en la Asamblea el 28 de enero de 1921. La oposición abandonó el hemiciclo, ya que consideraban que la votación estaba amañada, y Saavedra resultó elegido con 47 votos a favor y uno en contra. Su gobierno se caracterizó por su carácter dictatorial y represivo. Estrechó relaciones con Estados Unidos y favoreció la implantación de empresas de capital estadounidense.
Su desastrosa política económica hizo que aumentase la deuda exterior, sobre todo a raíz de la contratación de un préstamo de 33 millones de dólares con los bancos norteamericanos, gracias a la mediación de Stiffel Nicolaus. Esta decisión puso en manos extranjeras los ingresos aduaneros bolivianos, así como los impuestos ingresados por la venta de alcohol y tabaco. La política de Saavedra fue duramente criticada por los principales líderes de la oposición, Salamanca y Escalier, que pedían su inmediata dimisión, y provocó numerosos motines y levantamientos en diversos lugares del país.
Saavedra respondió a todas las protestas con mano dura y declaró la ley marcial, y duras y represivas acciones militares. Sin embargo, Saavedra tuvo una cierta visión social, como demostró su interés por reforzar el sistema educativo, y el hecho que durante su mandato se aprobaron las primeras leyes sociales en la historia de Bolivia. Su intención era que cualquier alumno que acabase los estudios primarios hubiera aprendido un oficio, y que aquél que finalizase los secundarios dominase una profesión.
En el plano social vieron la luz leyes referentes a los accidentes en el trabajo, la regulación de la jornada laboral de ocho horas, la edad de jubilación y aquéllas que reglamentaban el trabajo de mujeres y niños. Cuando en 1923 sus partidarios se convirtieron en minoría en el Parlamento, el presidente disolvió la Cámara y su gobierno asumió las funciones legislativas. Al año siguiente aprobó una nueva ley electoral, en la que se decretaba el voto obligatorio y se daba entrada a las minorías en el Parlamento con la introducción de la lista incompleta.
José María Escalier promovió un levantamiento en marzo de 1924 en la localidad de Yacuiba. En el mes de mayo, una vez sofocado este levantamiento, se produjo un movimiento separatista en Santa Cruz. Para evitar nuevas revoluciones creó la Guardia Republicana, un grupo paramilitar que se encontraba directamente bajo sus órdenes, con lo que conseguía sortear la autoridad del ejército. Por otra parte, culpaba a esta institución de muchos de los movimientos subversivos, por lo que clausuró dos cursos de la Escuela Militar.
Con la intención de renovar las Fuerzas Armadas nombró a Hans Kundt ministro de Guerra, una de cuyas decisiones más importantes fue la creación de la Escuela Militar de Aviación. Presentó en nombre de su país una reclamación sobre las aguas jurisdiccionales que se disputaba con Chile ante la Sociedad de Naciones, la cual no prosperó. En un intento desesperado de hacer valer los derechos de Bolivia ante la comunidad internacional, trató de convencer al presidente de los Estados Unidos, Harding, de que actuase como mediador en el conflicto, cosa que no consiguió.
Abandonó el poder, el 3 de septiembre 1925, al acabarse su mandato, pero antes trató de conseguir la reelección de uno de sus partidarios. Apoyó la candidatura de Hernando Siles Reyes, a quien impuso como vicepresidente a su hermano Abdón Saavedra. Sin embargo, Siles consiguió separarse de la tutela del ex presidente, con quien había firmado un documento de compromiso. Saavedra, que se encontraba de viaje en Europa, rompió públicamente con Hernando Siles Reyes cuando condenó al exilio a su hermano. Saavedra regresó inmediatamente a Bolivia, pero se le prohibió la entrada al país, así que regresó de nuevo al exilio.
En 1931, una vez que se le permitió regresar, intentó ser designado vicepresidente en la candidatura del partido Republicano Genuino, para las elecciones que iban a tener lugar el 4 de enero. Cuando los militares tomaron el poder en 1936, el nuevo presidente David mandó de nuevo al exilio a Saavedra, quien se estableció en Chile, país en el que acabó sus días. Durante su vida publicó numerosas obras entre las que cabe destacar Ayllú, Estudios sociológicos sobre América (1914), El litigio perú-boliviano (1916) y La democracia en nuestra historia (1917).