Poeta, dramaturgo y narrador español en lengua catalana que fue el autor más popular de la escena catalana durante las décadas de 1920 y 1930. Hijo de una linajuda familia oriunda de la comarca de La Segarra, su padre, Ferran de Sagarra i de Siscar, fue un notable historiador y arqueólogo especializado en sigilografía. La vocación literaria de Sagarra se manifestó desde su niñez: a los ocho años escribía versos y representaba comedias en su casa.
Josep Maria de Sagarra
Se educó con los jesuitas de Barcelona; uno de sus profesores, el P. Moreu, le alentó en su inclinación por la poesía. A los doce años vio publicados sus primeros versos, y en 1914 aparecía su primer libro: Primer llibre de poemes. Cursó la carrera de Derecho en la Universidad barcelonesa: entre sus amigos y condiscípulos se contaban los poetas López-Picó y Riba. Fue presentado a Joan Maragall, quien adivinó en él a un gran poeta en ciemes. Su admiración y amistad por el autor de "La vaca cega" y por Carner y por los mallorquines Alcover y Costa i Llobera, fortalecieron sin duda su vocación, a la que contribuyeron también las impresiones recibidas en su primer viaje a Italia en 1912.
Terminados sus estudios universitarios, se trasladó a Madrid con el propósito de prepararse para el ingreso en la carrera diplomática. Su estancia en la capital de España le permitió conocer y tratar algunas de las figuras más sobresalientes de las letras, las artes y la política del momento. Hacia 1917, abandonado su intento de entrar en la diplomacia, decidió consagrarse a la literatura y al periodismo.
Encargado por El Sol, de Madrid, de la corresponsalía en Berlín, pasó a Alemania, donde residió una larga temporada. De nuevo en Cataluña se entregó a una plena vida ciudadana y a una incansable actividad literaria y periodística, todo de signo netamente autóctono. Colaboró en los principales periódicos y revistas barceloneses en lengua catalana, singularmente en los diarios La Veu de Catalunya y La Publicitat, y más tarde en el semanario Mirador, en el que acreditó su rúbrica Aperitius, comentarios volanderos a toda suerte de actualidades, de un tono ácido y pintoresco; al mismo tiempo se lanzaba a la aventura teatral y frecuentaba las tertulias literarias en las que imponía su pronto y vivaz sentido de la sátira.
En los Juegos Florales de 1931 fue proclamado "mestre en gai saber". Por este camino, Sagarra pasó a ser una de las figuras más conocidas y relevantes de la sociedad barcelonesa. Sus frases cáusticas, sus versos de circunstancias, mordaces y goliardescos, corrían de boca en boca en cafés y salones: algunas de sus coplas, pequeñas obras maestras del género, aparecieron en el semanario satírico El be negre.
Concurría a todos los estrenos, conciertos, exposiciones y solemnidades de toda especie; mataba horas en las peñas, las redacciones, los camerinos, viajaba, a ratos hacía política, era un inveterado cliente de los buenos restaurantes y locales nocturnos, y la gente se preguntaba qué tiempo podía quedarle para escribir sus largas tiradas de versos, sus numerosos artículos, sus periódicas comedias, sus traducciones. Los chismosos, a menudo movidos por la envidia, se cebaban en su vida privada, y los "padres de familia" se escandalizaban ante ciertos falsos rumores. La verdad es que pocos vivieron con tanta intensidad el período inquieto, apretado, despreocupado, lleno de buenos y malos augurios de la Barcelona de entreguerras.
Semanas después de estallar la guerra civil (1936) Sagarra pasó a Francia, donde se casó con una catalana; desde París emprendió viaje de ocho o nueve meses a los mares del Sur. Fruto de esta excursión fueron los libros Entre l´Equador i els tròpics (poemas) y El camino azul (prosa, 1940), este último escrito en catalán, pero publicado en castellano. Terminada la guerra civil nuestro autor regresó a Barcelona; entonces le tocó vivir unos años difíciles y oscuros, que dedicó a terminar la versión de la Divina Comedia, a la composición de un vasto poema sobre Montserrat y a la traducción de Shakespeare.
Hacia 1946 reanudó su actividad de comediógrafo y mucho tiempo después la de periodista, esta vez en castellano, especialmente en Destino y La Vanguardia. Por aquel entonces se acentuó en el poeta el viraje hacia la derecha, iniciado ya en los años que precedieron a la guerra civil; su actitud escéptica y libre quedaba al parecer corregida por un progresivo acercamiento a las ideas tradicionales y conservadoras. También son de observar en los últimos tiempos sus contactos con la intelectualidad conformista y oficial de Madrid, y sus esfuerzos por imponer su teatro en versiones castellanas. Al morir dejó inédita una comedia, la única que escribiera en castellano.
La poesía de Sagarra
(Barcelona, 1853- id., 1939) Historiador y político catalán. Fue miembro de la Academia de Buenas Letras de Barcelona desde 1890 y diputado de la Mancomunidad (1923) por la Lliga. Presidió el Ateneo barcelonés en 1930-1932. Es autor de Sigilografía catalana: inventario, descripción y estudios de los sellos de Cataluña (5 vols., 1916-1931); El gobierno republicano de Cataluña en 1641; La primera guerra carlista en Cataluña