Compositor francés. Perdió el padre cuando contaba solamente cuatro meses, y recibió la primera formación musical de su madre y de una tía; se mostró tan precoz en tal aspecto que a los cinco años pudo ya componer para el piano. Fue confiado entonces a la guía del pianista Stamaty, el cual lo presentó como pequeño virtuoso del piano en 1845.
Estudió órgano con Benoit y composición con Halévy. En 1852 ganó un concurso con una Ode à Sainte Cécile; en 1853 fue nombrado organista de St. Merry, y en el año 1857 alcanzó el mismo cargo en la Madeleine; en 1861 obtuvo la cátedra de piano de la escuela Niedermeyer. Su primera obra teatral, Le timbre d´argent (1864-1865), no pudo llegar a la escena.
Temperamento batallador y enérgico, fundó en 1871 la Société Nationale de Musique, orientada concretamente al fomento de la ejecución y la difusión de la nueva música francesa. La iniciativa, a la cual se adhirieron, entre otros, Lalo, Franck, Bizet y Fauré, tuvo una gran importancia en sus aspectos de propulsión y organización. En 1872 Saint-Saëns pudo ver finalmente satisfechas sus aspiraciones escénicas: siquiera con escaso éxito, fue representada en la Opéra Comique su obra La princesse jaune.
A esta misma época pertenecen también algunas de las producciones sinfónicas más importantes del músico en cuestión: los poemas La rueca de Onfalia (1871), Phaéton (1873), Danza macabra (1874) y La jeunesse d´Hercule (1877), en el que puede percibirse una intensa influencia de las obras análogas de Liszt; y los Conciertos segundo, tercero y cuarto para plano, en sol menor (1868), mi bemol mayor (1869) y do menor (1875), cuyo virtuosismo pianístico alcanza un alto nivel de perfección en cuanto a la forma y a la estructura, y de acuerdo con esquemas imponentes y grandiosos, pero generalmente poco profundos.
La infatigable actividad creadora de Saint-Saëns abarca todos los campos de la música y todas las combinaciones instrumentales y vocales posibles. Sin embargo, su gran aspiración fue siempre el teatro. Le dio ocasión a ello Liszt, su gran admirador, quien promovió en Weimar la representación de Sansón y Dalila, celebrada el 2 de diciembre de 1877; se trata de la mejor obra del músico, tanto por su vigoroso planteamiento como por la fuerza de los coros y la amplitud descriptiva del ambiente, y es la única aún hoy representada.
Cuanto posteriormente compusiera Saint-Saëns presenta bien un valor académico y formal, siquiera siempre dentro de una cuidadosa dignidad de construcción -así, Henri VIII (1883), Ascanio (1890), Déjanire (1898), los dos Conciertos para violín en do mayor y si menor (1879 y 1880), la Sinfonía en do menor con órgano y dos pianos (1886), y el quinto Concierto para piano (1895)-, o bien meramente descriptivo y agradable, como en la "fantasía zoológica" El carnaval de los animales (1886).
Durante las últimos años de su vida Saint-Saëns fue interesándose cada vez más por la música popular árabe; pero su producción no anduvo, en este ámbito, más allá de un genérico orientalismo amanerado. Acariciado por el honor y la fama, terminó casi repentinamente sus días en Argel, donde pasaba el invierno desde hacía ya algunos años, poco después de la primera Guerra Mundial, en cuya época figuraba entre los nacionalistas más ardientes. Notables son también los artículos que publicó durante su vida en diversos periódicos y revistas, reunidos en los volúmenes Harmonie et mélodie, Portraits et souvenirs y, singularmente, École buissonnière.
(Claude Henri de Rouvroy, conde de Saint Simon; París, 1760 - 1825) Historiador y teórico político socialista francés. Perteneciente a una familia aristocrática venida a menos, el conde de Saint-Simon era sobrino-nieto del duque Louis de Rouvroy, famoso por sus memorias, en las que describió la corte de Luis XIV.
Por tradición familiar, Saint-Simon estaba destinado a ser militar. Participó en la guerra de la Independencia a favor de las colonias americanas, y durante la Revolución Francesa se hizo republicano. Nombrado presidente de la Comuna de París en 1792, renunció a su título nobiliario y se adscribió al ideario haciéndose llamar Claude Henri Bonhomme. Unas acusaciones de especulación con los bienes nacionales y sus relaciones con Danton, que no eran vistas con buenos ojos, dieron con él en la cárcel en 1793, aunque fue liberado en 1794.
Durante el Directorio Saint-Simon gozó de una desahogada posición económica; su casa era frecuentada por personalidades como Monge, Lagrange y Dupuytren. Viajó a Alemania, el Reino Unido y Suiza, donde publicó su primera obra: Carta de un residente en Ginebra a sus contemporáneos (Lettres d’un habitant de Genève à ses contemporains, 1802 o 1803), donde apunta lo que posteriormente definiría como su teoría de la capacidad.
Quebrantada su situación económica, se dedicó a escribir numerosos textos científicos y filosóficos hasta que consiguió estabilizarse. En el periódico L’Organisateur declaró: «Si Francia perdiera sus principales físicos, químicos, banqueros, negociantes, agricultores, herreros, etcétera, sería un cuerpo sin alma; en cambio, si perdiera a todos los hombres considerados más importantes del Estado, el hecho no reportaría más pena que la sentimental»; la afirmación le acarreó un proceso.
En 1821 escribió El sistema industrial (Du système industriel), y en 1825 su libro más importante, Nuevo cristianismo (Nouveau Christianisme). Arruinado por segunda vez, intentó suicidarse de un pistoletazo, pero falló el tiro y perdió un ojo. Ayudado por uno de sus discípulos, Saint-Simon planificó la creación de un nuevo periódico, Le Producteur, pero falleció antes de su aparición.
El pensamiento de Saint-Simon deriva de su reacción contra el derramamiento de sangre de la Revolución Francesa y el militarismo de Napoleón. En sus teorías propugnaba la idea de que la propiedad privada sería buena en cuanto cada individuo recibiera su retribución en función de su capacidad
A su parecer, el primer objetivo político del Estado tenía que ser el desarrollo de la producción, por lo que su gobierno debía estar constituido por industriales de toda índole, obreros, campesinos y propietarios. Además, propuso que los científicos ocuparan el lugar de los clérigos en el orden social; la función de la religión sería guiar a las clases más bajas de la sociedad en su lucha para mejorar sus condiciones de vida. También proclamaba la abolición de los derechos hereditarios y la formación de una asociación cuya función fuera impedir la guerra.
Saint-Simon influyó poderosamente en Auguste Comte a raíz de sus colaboraciones conjuntas, y aunque sus caminos acabarían por distanciarse, el positivismo de Comte está basado en su mayor parte en conceptos sansimonianos. Tras su muerte, sus discípulos popularizaron su ideología durante el Segundo Imperio. Sus principios adquirieron el nombre de sansimonismo, como si se tratara casi de una religión, aunque la asociación terminaría por disolverse. La influencia de la ideología de Saint-Simon en el pensamiento moderno ha sido muy profunda. Previó correctamente el futuro proceso de industrialización del mundo y confió la solución de la mayoría de los problemas de la sociedad a la ciencia y la tecnología