Militar e independentista venezolano . Después de la revolución que estalló en Caracas el 19 de abril de 1810, se incorporó a la milicia y apoyó el proceso revolucionario. Al año siguiente, como capitán de artillería, participó en el ataque a Valencia, ejecutado por el general Francisco de Miranda. Bajo sus órdenes combatió también en la batalla de La Victoria (1812). Ese mismo año, al caer la Primera República, fue hecho prisionero en el castillo de Puerto Cabello y enviado a Cádiz en España, donde meses más tarde sería puesto en libertad.
En 1815 volvió a Venezuela, reincorporándose a la lucha en los ejércitos combatientes de la Nueva Granada y en la defensa de Cartagena, bajo la dirección del general José Francisco Bermúdez. Después pasó a Haití, donde bajo las órdenes de Simón Bolívar fue de los expedicionarios de Los Cayos.
En Carúpano, siendo teniente coronel, fundó el Cuerpo Nacional de Artillería del Ejército Libertador. Bajo las órdenes del general Manuel Piar, realizó la campaña de Guayana, participó en el frustrado asalto a la ciudad de Angostura (1817) y triunfó en la batalla de San Félix. En la campaña del Centro (1818) fue responsable del parque y de la artillería, actuando en el sitio y toma de San Fernando de Apure junto al general José Antonio Páez. Participó en la campaña de Boyacá y fue uno de los libertadores de la Nueva Granada.
En 1819 ejerció el cargo de gobernador y comandante de armas de Tunja. Luego tendría una destacada actuación en las batallas de Carabobo (1821) y Bomboná (1822). En 1823 sustituyó al general Antonio José de Sucre en la jefatura de los departamentos del sur de Colombia (Ecuador y Azuay). En 1827 dirigió la organización de la Hacienda Pública, en la provincia de Carabobo. Sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional en 1909
(s. I) Princesa idumea. Según se relata en el Nuevo Testamento (Mt. 14,6-12 y Mc. 6,21-28), fue hija de Herodías, la mujer de Herodes Filipo, que se casó de manera escandalosa con el hermanastro de éste, Herodes Antipas. Esto suscitó la guerra con los nabateos, ya que Herodes Antipas había repudiado antes a otra mujer, hija del nabateo Aretas IV. La actitud de Herodes Antipas y Herodías fue muy criticada por el pueblo, ya que se consideró pecaminosa, y uno de los que más sobresalieron en su denuncia fue Juan el Bautista, razón por la cual Herodes lo hizo apresar, aunque no se atrevió a ejecutarlo por miedo a provocar la ira popular. Según la tradición, Salomé, mujer de gran belleza, bailó para su padrastro, el cual, entusiasmado, le ofreció a concederle el premio que ella deseara. Pidió, siguiendo las instrucciones de su madre, la cabeza del Bautista, que le fue entregada «en bandeja de plata»