Filósofo y escritor español dedicado sobre todo a la reflexión sobre la ética. Profesor de Filosofía en diversas universidades, y más tarde de Ética en la Universidad del País Vasco, su amplia labor de divulgación y de crítica cultural lo ha convertido en un referente imprescindible para toda una generación en España. Sus comentarios críticos, sus gustos y claves de lectura son determinantes para la configuración del gusto estético y de los hábitos de lectura de su multitud de seguidores. En su obra se ha dado, además, el raro fenómeno de que libros cuyo tema central es la ética se hayan convertido casi en best-sellers, como ha sucedido con su Ética para Amador (1995) o El contenido de la felicidad (1996).
Fernando Savater
En su formación fue significativa sobre todo la influencia de los filósofos de la Escuela de Frankfurt, de Cioran y del pensamiento libertario de Agustín García Calvo. Codirigió, con Javier Pradera, la revista de pensamiento Claves, y fue uno de los animadores culturales más destacados de la transición española.
Irreverente en sus declaraciones, ha dado a conocer en una abundante obra escrita sus opiniones sobre temas como los nacionalismos, la naturaleza del poder o las posibilidades renovadoras de la democracia. Escritor precoz, versátil e infatigable, Savater ha participado prácticamente en todas las polémicas culturales, estéticas y políticas de los últimos años, con numerosas intervenciones y artículos reunidos en una larga serie de libros, entre los que cabe destacar Apología del sofista (1973), Escritos politeístas (1975), La filosofía como anhelo de la revolución (1976) y La piedad apasionada (1977). El ensayo ha sido siempre su género literario preferido y, en este sentido, Nihilismo y acción (1970) y La filosofía tachada (1972) representan las primeras demostraciones de su pensamiento vigoroso, irónico y vitalista.
Savater es un escritor multiforme, contradictorio, torrencial; con todo, siempre conserva la fidelidad a al menos dos constantes: el estilo marcado y un espíritu alegre, pleno, decidido. Entre sus estudios más específicamente filosóficos se cuentan sus diversas investigaciones sobre los objetos y los mecanismos de la ética. La tarea del héroe (1982, Premio Nacional de Literatura) e Invención de la ética (1982) son dos obras complementarias en las que Savater plantea y expone las cuestiones fundamentales de su pensamiento ético, la exigencia revolucionaria de la no-instrumentalización del hombre y la afirmación de la capacidad de elección del sujeto humano, a pesar de la presencia de instancias como la fatalidad y el azar.
En ellas reelabora la tradición del pensamiento ético, y afirma la posibilidad de la justificación racional del deber de elegir determinadas acciones y no otras. Esta elección tiene lugar en un plano inmanente a la experiencia humana, que prescinde de Dios como fuente de significado y de solución de escisiones y paradojas. Savater defiende la posibilidad de una "ética trágica" que, basada en la capacidad del deseo humano y de la expresión de la "fuerza" orientada al cumplimiento del "bien", no resuelva los pares de opuestos destino/libertad, sujeto de la acción/objeto del juicio que se hallan en el pensamiento ético, sino que los conserve en la estructura de una tensión moral permanentemente, presente en la inmanencia de los medios.
Una misma orientación presenta la obra Ética para Amador, texto que no es un tratado de ética, ni un manual divulgativo, sino una carta abierta al hijo adolescente del autor. Esta fórmula explica el lenguaje directo y desenfadado del texto, su renuncia a la discusión de teorías o a las referencias bibliográficas (aunque cada capítulo se cierra con unas citas que invitan a prolongar la reflexión sobre el tema aparecido en dicho capítulo). Y, sin embargo, pese a no ser un manual, ha sido un libro muy utilizado por los profesores de la asignatura de ética durante todo el período en que ésta ha formado parte de los planes de estudio.
La razón que lo explica es que constituye una valiosa invitación a la reflexión moral, redactada en un lenguaje ameno y concebida para ser leída sin mayores requisitos que "un poco de atención y de paciencia". Pero como no es una introducción al uso, no se basa en la presentación neutral de teorías ajenas ni tampoco en la presentación explícita de la propia, lo que no significa que ésta no exista sino que está latente. En primer lugar empieza por explicar "de qué va la ética", mostrando la necesidad del razonamiento moral, necesidad ésta que deriva del hecho de que los hombres, a diferencia de los animales, somos libres, tenemos que inventar y elegir, al menos en parte, nuestra forma de vida. Libertad es decidir y eso es algo que cada uno debe hacer. No hay recetas y el único consejo posible es "haz lo que quieras".
(Courtrai, 1576-Utrecht, 1639) Pintor flamenco. Es conocido por sus escenas forestales con diminutas figuras, flores, insectos y animales, pintadas con gran minuciosidad, que revelan la influencia de Coninxloo y Jan Bruegel