Filósofo alemán. Profesor en Colonia (1919) y en Frankfurt (1928), se adscribió a la corriente fenomenológica de Husserl. En una primera etapa criticó la ética formalista kantiana desde la tesis de que todo juicio moral se basa en una asunción intuitiva de valores materiales que no se puede traducir a una regla racional. Su obra más representativa de este período es El formalismo en ética y ética material de los valores (1916). Justificó su posterior conversión al catolicismo en De lo eterno en el hombre (1921). Más adelante, sin embargo, derivó hacia planteamientos de mayor alcance ontológico, desde una perspectiva romántica cercana al panteísmo y bajo la influencia, también, del pragmatismo estadounidense. Así, en El puesto del hombre en el cosmos (1928) concibió el universo como resultado del enfrentamiento de dos principios, el espíritu (Geist) y el impulso vital (Drang)
(Viena, 1926) Actriz austriaca. Criada en un entorno intelectual, Maria (Margarete) Schell era hija del matrimonio formado por un poeta y una actriz. Al igual que su hermano Maximilian Schell, desde muy joven deseó dedicarse al arte dramático. Debutó en Suiza con el nombre artístico de Gritli Schell. Gracias a su matizada declamación y a una indudable fotogenia, pronto empezó a participar en proyectos cinematográficos como Gervaise (1956), de René Clément. Logró consagrarse en el cine europeo gracias al filme Noches blancas (1957), de Luchino Visconti. Compartiendo protagonismo con Marcello Mastroianni, Schell interpretó con genio el relato homónimo de Dostoievsky y logró con ello un merecido prestigio que llegó a cruzar el Atlántico. En el cine estadounidense fue intérprete en filmes como El árbol del ahorcado (1959), de Delmer Daves; Cimarrón (1960), de Anthony Mann; y Superman (1978), de Richard Donner