Piloto alemán de fórmula 1, siete veces campeón del mundo y considerado el dominador indiscutible de la especialidad de los últimos tiempos. En 1994 consiguió su primer título mundial, convirtiéndose a los veinticinco años en el más joven campeón de la categoría reina del automovilismo, con dieciséis días menos que el brasileño Emerson Fittipaldi
Hijo del propietario de una pista de karts, a los cuatro años su progenitor le regaló un coche de pedales y, poco después, le acopló un pequeño y viejo motor. Michael Schumacher practicó con aquel artefacto durante un tiempo, hasta que su padre le regaló un kart de verdad, con el que a los quince años se proclamó campeón júnior de Alemania. Luego ganó otras muchas competiciones de esta categoría, como los campeonatos de Alemania y de Europa sénior en 1987
Michael Schumacher
En 1988, con un monoplaza, fue campeón de la fórmula Koning alemana. Los éxitos (ganó l0 de 11 carreras) lo apartaron de las aulas, y se empleó en el taller mecánico del concesionario Volkswagen de su ciudad natal. Aquel mismo año compitió en la fórmula Ford 1.600, consiguiendo el segundo puesto en el Campeonato de Europa y el sexto en el del Mundo
En 1989 ascendió a la fórmula 3, campeonato en el que sólo fue superado por su compatriota Karl Wendlinger. Aquellos buenos resultados le sirvieron de carta de presentación para entrar en Junior Team de Mercedes, escudería a la que representó en el Campeonato del Mundo de Sport Prototipos en 1990, formando pareja precisamente con Wendlinger, a quien superó en victorias
En 1991 debutó en la fórmula 1, en el Gran Premio de Bélgica, con el permiso de Mercedes. Sólo disputó aquella carrera con el equipo irlandés, pues el director del aún flamante equipo Benetton, Flavio Briatore, con quien formaría un dúo excepcional, lo fichó para la escudería italiana, donde tuvo que vérselas con el tricampeón brasileño, Nelson Piquet. El alemán llegó a superar al brasileño en algunos entrenamientos, pero la falta de experiencia le pasó factura en algunas carreras, consiguiendo sólo cuatro puntos en seis Grandes Premios. Aun así, Briatore afirmó sin titubeos: «Es lo que buscaba, un joven, muy joven piloto ambicioso. Será campeón»
Luciano Benetton se había hecho cargo de la escudería automovilística en 1989. Algunos creyeron que sólo se trataba de un capricho del empresario de la moda, pero en cinco años su monoplaza nubló la magia de los coches clásicos: McLaren, Williams o Ferrari. El secreto, unos 8.000 millones de pesetas de presupuesto anual y doscientos empleados que trabajan a ritmo de alta tecnología en la ciudad británica de Enstone, cerca de Oxford. Entre los técnicos destacan Tom Walkinshaw, antiguo director de Jaguar, y el mánager del equipo, el español Joan Villadelprat
El aterrizaje de Schumacher en Benetton frustró los planes de Mercedes, que ambicionaba un retorno triunfante al circuito. La marca de la estrella quería formar pilotos germanos. Con este objetivo había desarrollado un minucioso plan de trabajo para seleccionar a los más dotados y formarlos en todos los aspectos. Y Schumacher no debió de perder el tiempo mientras estuvo allí, como lo reflejan estas palabras de agradecimiento: «Me encantaría ser un día su primer piloto. Como alemán, si estuviera libre, me haría muy feliz unirme a ellos para trabajar en un proyecto serio con garantías de éxito»
En 1992, al conseguir su primera victoria en el circuito belga de Spa Francorchamps, donde había debutado un año antes, se perfiló ya como el probable campeón del futuro. Tenía veintitrés años, y antes, sólo Jacky Icks y Bruce McLaren habían conseguido un éxito tan precoz. Acabó el año en tercer lugar de la clasificación general, con cincuenta y dos puntos, después de subir al podio en siete ocasiones. Sin embargo, al año siguiente aún no confirmó las expectativas, y terminó en cuarta posición de la general, con una victoria en el Gran Premio de Portugal
Siete títulos mundiales
Político francés impulsor de la integración europea (Luxemburgo, 1886 - Scy-Chacelles, Lorena 1963). Era abogado en Metz, en la región de Lorena, perteneciente entonces al Imperio Alemán; e incluso fue movilizado por el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial (1914-18). Al terminar la guerra e integrarse Lorena en la República Francesa, Schuman empezó a participar activamente en política como diputado (1919), defendiendo ideas centristas de tipo demócrata-cristiano.
Durante la ocupación alemana de Francia (1940-44) en el curso de la Segunda Guerra Mundial, Schuman se retiró de la vida pública y fue deportado por no colaborar con el Tercer Reich. Volvió a ser diputado en la posguerra (desde 1945) y adquirió responsabilidades de gobierno como ministro de Hacienda (1946-47), de Asuntos Exteriores (1948-52) y de Justicia (1955-56), e incluso primer ministro (1947-48).
Estableció relaciones estrechas con los líderes democristianos de Alemania (Adenauer) e Italia (De Gasperi), impulsando la idea de una integración europea que garantizara al continente la paz, la prosperidad y la influencia perdida en la escena internacional.
Su origen fronterizo le ayudó, sin duda, a comprender la importancia de este proceso de unidad, que puso en marcha mediante el Plan Schuman de 1950 (elaborado en colaboración con Jean Monnet). Dicho plan consistía en poner los estratégicos sectores del carbón y del acero de Francia y Alemania bajo una administración conjunta, idea que, aceptada también por Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, dio origen a la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero).
Aquel fue el primer paso para una integración más profunda: aunque su intento de formar una Comunidad Europea de Defensa fracasó en 1952, la «Europa de los Seis» acabó afianzando su integración con el Tratado de Roma (1957), que creó la Comunidad Económica Europea.
Convertido Schuman en un símbolo de las aspiraciones a la unidad continental (desde 1955 presidía el Movimiento Europeo), fue elegido presidente del primer Parlamento Europeo (1958-60), al cual perteneció como diputado hasta su muerte