Sultán otomano (1566-1574). Primogénito de Solimán el Magnífico y de Jurrem Sultan (Rioelana), sucedió a su padre como soberano. Solimán el Magnífico, que se aseguró el trono mediante el asesinato de sus parientes más cercanos, había extendido el Imperio hasta Anatolia oriental y Siria e iniciado la conquista de África del Norte, encabezando él mismo sus ejércitos.
No le imitó en esto su hijo Selim II, quien no llegó a dirigir sus tropas en ninguna batalla, pero sí confirmó su política expansionista e intentó agregar nuevos territorios al Imperio mediante campañas militares que tuvieron una suerte dispar. Así, fracasó en su propósito de conquistar Astracán, y en la incursión de una flota otomana en el mar de Azov en 1569, que lo obligó a la firma de un acuerdo de paz al año siguiente.
El sultán dejó los asuntos de Estado en manos del gran visir, quien buscó pacificar las fronteras mediante la firma de varios tratados de paz, entre ellos uno con el emperador germánico Maximiliano II en 1568, y otro con Iván el Terrible en 1570.
La iniciativa militar más exitosa de su reinado fue la conquista de Chipre, que suponía una flagrante violación de los acuerdos firmados con Venecia. Esto, unido a la creciente expansión del Imperio Otomano, despertó los recelos del Papa, España, Venecia, Génova y otros Estados italianos.
Todos ellos organizaron la Santa Alianza, que envió contra los turcos una poderosa flota al mando de don Juan de Austria, hermanastro de Felipe II de España. Tras la batalla naval de Lepanto, librada en el golfo de Corinto (7 de octubre de 1571), Selim II mantuvo la posesión de Chipre, pero la destrucción de casi toda su escuadra le supuso la pérdida del dominio casi incontestable que había ejercido hasta entonces en el Mediterráneo
(Constantinopla, 1761- id., 1808) Sultán otomano (1789-1807). Derrotado por Austria (1791), Rusia (1792) y Napoleón (1802), realizó importantes reformas administrativas. Sentó las bases, especialmente en el terreno militar, para la modernización del Imperio. Destronado por los jenízaros, a los que había intentado eliminar, murió asesinado