Tenor español, cuyo apodo El Musclaire se debe a que vivía en el barrio marinero de la Barceloneta y trabajaba en su muelle. Fue un cantante singular, que destacó sobremanera por su portentoso caudal de voz, inmejorable en cuanto al brillo y fuerza, pero que carecía de recursos técnicos para dominarlo.
Igualmente, carecía de la suficiente formación musical y de talento interpretativo; debido a ello, nunca llegó a consagrarse en la escena española. Por el contrario, sí gozó de bastante popularidad en los teatros y pequeños escenarios de Barcelona y su entorno, donde eran muy apreciados sus tremendos agudos
Desde joven fue conocido por improvisar romanzas de zarzuelas y canciones populares catalanas, que provocaban el entusiasmo entre quienes lo escuchaban. Un día, un adinerado aficionado a la ópera, D. Bernardo Janzen, le oyó cantar y se propuso convertirle en una estrella del bel canto. Volcó esfuerzos y dinero en su aprendizaje, lo que vino a ser una labor sumamente complicada, ya que el Musclaire no sólo no tenía ningún conocimiento musical a sus casi cuarenta años, sino que era prácticamente analfabeto.
Gracias a las influencias de Janzen, pudo finalmente hacer su debut en el Gran Teatro del Liceo, en 1903, para interpretar la obra que supuestamente se había aprendido a conciencia: La Africana, de Meyerbeer. Tras cantar el aria O paradiso de forma magnífica, en la siguiente parte mostró las deficiencias de su tardía preparación al olvidar parte de la música y palabras en italiano
Así se truncó la posibilidad de emprender mayores empresas -o de repetir en el Liceo, donde ya no actuó más-, y a partir de entonces sólo prodigó actuaciones en otros teatros menores de Barcelona: Tívoli, Novedades y Teatro Español. La obra que más veces cantó fue la Marina del maestro Arrieta. Poco más duró su corta carrera, aunque parece ser que siguió cantando por afición en los mismos sitios donde se dio a conocer.
(Fernanda Jiménez Peña, Utrera, 1923) Intérprete española del cante flamenco. Esta cantante de raza gitana es considerada como una de las mejores «cantaoras» del siglo XX, principalmente por sus interpretaciones de soleares y siguiriyas. Desde muy joven destacó en fiestas y reuniones privadas. En 1957, fue contratada para actuar en el tablao Zambra de Madrid. Viajó a Nueva York para cantar en el pabellón español de la Feria Mundial, ciudad a la que volvería con el espectáculo Flamenco Puro. Su carrera artística discurrió en Madrid, alternando en distintos tablaos de la capital: Las brujas, Villa Rosa, Corral de la morería. Su hermana Bernarda, llamada Bernarda de Utrera (Utrera, 1927), también gran «cantaora», ha destacado en las bulerías, tangos y cantes festeros