Caudillo lusitano. Era un pastor, por más que es definido en ocasiones como un bandido por la historiografía, lo que tampoco sería nada excepcional en las culturas de la península Ibérica, donde esta actividad era bastante común y en modo alguno estaba reñida con otras formas de sustento.
En el 150 a. C. se convirtió en un líder de la lucha contra la dominación romana. Cercado por el pretor Cayo Vetilio en el 147 a.C., consiguió romper las líneas romanas y, con un millar de incondicionales, escapar hacia Tríbola y atraer a sus perseguidores a una emboscada en la cual sucumbió Vetilio.
Con esta victoria, Viriato decidió llevar la guerra hasta la meseta, donde derrotó a los cuestores Cayo Plaucio y Claudio Unimano, y ocupó Segóbriga. La reacción de Roma consistió en enviar un ejército consular mucho más poderoso que los que antes operaban en la península Ibérica, al mando del cónsul Fabio Máximo Emiliano, quien derrotó a Viriato en una batalla en campo abierto en el año 145 a.C., y le obligó a replegarse a Lusitania.
La situación cambiaría con la guerra de Numancia, pues el grueso de las legiones romanas fue obligado a empeñarse en las durísimas campañas contra los celtíberos, lo cual permitió a Viriato pasar a la ofensiva de nuevo. Derrotó al pretor de la Citerior, Quincio, y avanzó por la Bética, antes de verse forzado a retroceder de nuevo a la Lusitania.
Ya en su terreno, derrotó al cónsul Serviliano en el 141 a.C. y consiguió concluir un tratado de paz con Roma, que ésta, decidida a sofocar la resistencia de celtíberos y lusitanos, no tardó en romper. Se envió un nuevo ejército, al mando del cónsul Cepión, quien aprovechó unas negociaciones con los lusitanos para sobornar a varios lugartenientes de Viriato con el fin de que lo asesinasen, como así hicieron. Muerto el líder, la rebelión lusitana perdió fuerza, y en pocos años Roma consolidó su posición en la península Ibérica
(Helsinki, 1895-1973) Bioquímico finlandés, premio Nobel de Química de 1945 por sus investigaciones sobre agricultura y nutrición química, y especialmente por la invención de un método para la conservación de forraje durante el invierno
Terminados sus estudios escolares, Virtanen estudió química, biología y física en la Universidad de Helsinki, obteniendo su Master en Ciencias en 1916. Posteriormente estudió Química Física en Zurich, Bacteriología y Enzimología en Estocolmo. Desde 1916 trabajó también en laboratorios de la industria lechera finlandesa, que luego a partir de 1921 dirigió, y diez años más tarde fue también Director y Profesor del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Helsinki. Fue también Profesor del Politécnico y de la Universidad de Helsinki.
Estudió los procesos fermentativos y comprobó que éstos se detenían cuando el ácido láctico producido en el transcurso de la reacción alcanzaba una determinada concentración. También comprobó que las primeras etapas de la descomposición de los azúcares era similar en las distintos procesos fermentativos. Y estableció por primera vez todos los pasos de una fermentación bacteriana, proporcionando buena información sobre las enzimas necesarias para dicho proceso
Virtanen realizó también una importante labor en la bioquímica de las bacterias y la fijación del nitrógeno. Llevó a cabo investigaciones en el campo de la química agrícola y en la química de alimentos. Así, probó la importancia de un pigmento rojo para la fijación de nitrógeno en los nódulos de las raíces de leguminosas, determinó la formación de vitaminas y estudió la utilización del nitrógeno por parte de las plantas, encaminada a la síntesis de otros compuestos orgánicos, como los aminoácidos.
Una de sus aportaciones más especiales fue el desarrollo, en 1943, de un método para la conservación de plantas forrajeras (método llamado AIV por sus iniciales) que le valió el Premio Nobel de Química en 1945. Con este método consiguió cosechas de pastos frescos de alto contenido en proteínas, y leche del mismo contenido en vitaminas que cuando la vaca se alimenta de los pastos veraniegos; en general, sus investigaciones aportaron importantes mejoras en la calidad de los productos lácteos.
La comprobación de que la concentración de ácido láctico era un factor limitante para el desarrollo de la fermentación le llevó a determinar el método AIV, que básicamente consiste en la adición artificial de ácidos al forraje, concretamente los ácidos sulfúrico y clorhídrico diluidos, hasta alcanzar un pH inferior a 4. El forraje así tratado se conserva en perfecto estado durante el invierno para su utilización como alimento del ganado y no causa ningún efecto nocivo en los animales que se alimentan de él
Entre sus obras cabe destacar Cattle fodder and human nutrition (Forraje para el ganado y nutrición humana) y AVI-system as the basis of catle feeding (El sistema AVI como base para la alimentación del ganado)