Médico y político alemán, considerado el fundador de la patología celular. Hijo de un hotelero, su existencia siguió los caminos más corrientes. En 1839 marchó a Berlín, donde inició el estudio de la Medicina como discípulo de la "Pepinière" y se graduó en 1843. Pronto destacó por sus dotes de investigador.
En 1846 era ya ayudante del hospital berlinés de la Charité. Al año siguiente, llegado a profesor de la Universidad local, fundó, junto con su colaborador Reinhardt, los "Archivos de Anatomía Patológica y de Fisiología". En 1849 fue nombrado catedrático de Anatomía patológica de la Universidad de Wurzburgo, de la cual pasó, en 1856, a la de Berlín, donde permaneció hasta el fin de sus días.
Se formó en la escuela de J. Müller y L. Schönlein, y profundizó el estudio de la célula, iniciado con Schleiden y Schwann. Unida esta labor a la orientación seguida por Morgagni en la Anatomía patológica, pasó a defender la nueva idea de la patología celular, en la cual se pretende ver la derrota del "humoralismo", que, sin embargo, se halla vinculado a aquélla más de lo que parece (1858). De Rudolf Virchow es la expresión omnis cellula a cellula («toda célula proviene de otra célula»).
De temperamento polémico, en el ámbito científico discutió con R. Koch, sobre todo a causa del descubrimiento, llevado a cabo por éste último, del bacilo de la tuberculosis. Dejó vinculado su nombre a la encefalitis aguda congénita: enfermedad de Virchow.
Participó además activamente en la vida política de su tiempo; liberal convencido, y enemigo acérrimo de Bismarck, había sido elegido en 1848 miembro de la Asamblea de Francfort; pero la elección no fue convalidada, por cuanto el candidato no alcanzaba aún los treinta años. Posteriormente llegó por dos veces, en 1860 y 1871, a la Cámara de Diputados, y figuró entre los fundadores del partido constitucional progresista
(Myrskyla, 1949) Atleta finlandés, heredero de la tradición fondista iniciada por Paavo Nurmi en los años 1920. Campeón olímpico de 10.000 y 5.000 metros lisos en los Juegos Olímpicos de Munich 1972 y Montreal 1976, fue el único atleta que había conseguido este doble triunfo en pruebas de fondo en dos Juegos consecutivos.
Corriendo por los oscuros caminos de su pueblo, cercano a la capital, Helsinki, Viren entrenó duro, convirtiéndose en destacado corredor. Comenzó a llamar la atención del público en el Campeonato Juvenil de Finlandia de 1969, celebrado en Inkeroinen, cuando ganó la prueba de los 5.000 metros por varios metros de ventaja y estableció un nuevo récord con 14 min 17 seg 0 cent. Su entrenamiento, que realizaba corriendo sobre dunas de arena, le preparó para los Juegos Olímpicos de Munich de 1972
En su primera prueba, los 10.000, Viren tuvo la oportunidad de hacer realidad sus sueños: ser el pionero de la nueva era del atletismo finlandés. Cuando cruzó la línea de meta, sus 27 min 38 seg 4 cent se convirtieron en récord mundial. Pocos días después en los 5.000 metros, bajó el récord olímpico a 13 min 26 seg 4 cent. De vuelta en las pistas olímpicas en 1976 en Montreal defendió fácilmente su título en los 10.000, aventajando al portugués Carlos Lopes por 30 metros, y poco después ganó los 5.000 metros, siendo así el único corredor en conquistar este agotador doblete en dos Juegos Olímpicos consecutivos.
No contento con esa hazaña, intentó repetir el triplete de Zatopek en 1952 inscribiéndose para la maratón. En la primera vez que disputaba esta prueba tuvo un buen desempeño, aunque se notó la necesidad de una mayor especialización. Con todo, terminó quinto. Viren volvió a competir en los Juegos Olímpicos de 1980, donde no consiguió obtener ninguna medalla en los 10.000.
Sus triunfos deportivos, sin embargo, se vieron siempre acompañados de la polémica, pues se le acusó de profesionalismo (en unos tiempos en los que el culto al amateurismo en los Juegos Olímpicos era prácticamente desaforado) por correr la vuelta de honor de los 5.000 metros de Munich con sus zapatillas en la mano (publicidad, entonces prohibida), y posteriormente, de practicar el dopaje sanguíneo: Viren, supuestamente, entrenaba en altitud, extraía su sangre oxigenada, la congelaba y se la inyectaba antes de las pruebas. Las acusaciones, sin embargo, nunca llegaron a probarse