Escultor español. Notable discípulo de Alonso de Berruguete, colaboró con éste en la sillería del coro de la catedral de Toledo. Trabajó también en numerosas obras de Ávila y su región
(François de Montcorbier; París, 1431 o 1432-?, 1464) Poeta francés. De origen muy humilde, fue adoptado por Guillaume de Villon, capellán de Saint-Benoît-le-Bétourné, quien le dio su nombre y una educación religiosa. En 1443 se inscribió en la Facultad de Artes, donde obtuvo el título de bachiller (1449) y su licenciatura y maestría (1452).
De 1453 a 1455 fue un asiduo de las tabernas parisinas y participó en riñas callejeras. En una de ellas, el 5 de junio de 1455, hirió de muerte a un clérigo, Philippe Sermoise, y logró escapar bajo el nombre de Michel Mouton. Regresó en 1456 a París, donde tomó parte, en la noche de Navidad, en un robo de 500 escudos de oro perpetrado en el Colegio de Navarra; inmediatamente después huyó de nuevo, y durante cuatro años recorrió diversas partes de Francia.
Por motivos desconocidos, en 1461 fue arrestado en Meung-sur-Loire y torturado por orden de Thibaut d´Aussigny, obispo de Orleans. De regreso en París en 1462, fue encarcelado en el Châtelet y liberado después de prometer la devolución de 120 escudos de oro al Colegio de Navarra. Inmediatamente después se vio implicado en el asesinato del notario pontifical François Ferrebouc, siendo de nuevo arrestado y torturado. Su condena a muerte en la horca es conmutada, en 1463, por diez años de destierro. Desapareció entonces, sin que se sepa cuándo ni dónde murió.
En 1489 Pierre Levet publicó la primera edición en volumen de sus obras, que comprenden fundamentalmente dos poemas: El legado, de 320 versos, compuesto hacia la Navidad de 1456, también conocido como El pequeño testamento, y el Testamento, de extensión mucho mayor, compuesto entre 1461 y 1462.
Ambos poemas, junto con unas quince composiciones de tema diverso, como el famoso Epitafio de Villon, están escritos, bien en los géneros de forma fija (balada, rondeau), bien en la estrofa de versos octosilábicos con tres rimas, ya utilizada por Alain Chartier y Christine de Pisan. La verdadera innovación de su obra reside en su realismo, sus contrastes de desenfadadas burlas y profunda emoción, y su desgarro expresivo, que la convierten en una de las obras medievales más cercanas a la sensibilidad moderna