Jurisconsulto español. Defensor del derecho especial de Cataluña, fue catedrático de derecho en los Estudios Generales de Barcelona y fundó y presidió la Fundación Savigny, que trató de difundir la escuela histórica del derecho en España. Escribió Constituciones, usajes y demás derechos de Cataluña que no están derogados o no son notoriamente inútiles (1832-1838 y 1861-1867) y Observaciones sobre algunos artículos del proyecto de Código Civil de España (1862)
(José de Calasanz Vives y Tutó; San Andrés de Llavaneras, 1854 - Montoporzio Catone, 1913) Cardenal español. De familia humilde, vivió desde los seis años en Mataró, donde perdió a sus padres. Cursó estudios en los escolapios de Mataró (Barcelona). Graduado con notas excelentes, en 1868 pidió ingresar en la orden escolapia, pero no fue aceptado. Sin embargo, conoció al capuchino Segismundo de Mataró, maestro de novicios, que buscaba vocaciones para el convento de Guatamala; José, que por entonces tenía quince años, y su hermano mayor, Joaquín, entraron en la orden e iniciaron el noviciado en Guatemala, donde vistió el hábito capuchino en 1869 y tomó el nombre de fray José Calasanz de Llavaneras.
Durante unos meses continuó su formación en California, al ser expulsada la comunidad de Guatemala en junio de 1872; en octubre del mismo año, José de Calasanz y una parte de los novicios de una comunidad se trasladaron a Tolouse (Francia), donde terminó sus estudios de filosofía. A causa de una enfermedad nerviosa se vio obligado a interrumpir sus estudios y en junio de 1875 marchó con varios hermanos capuchinos a Ecuador, a la recién fundada casa de la orden en este país, pero tuvo que volverse a Europa en octubre de 1876 por la complicada situación política de Ecuador, además de sufrir una nueva recaída de su enfermedad. En el convento de Perpiñán pudo por fin terminar sus estudios; allí fue ordenado sacerdote en mayo de 1877.
El mismo año de 1877 ejerció primero como profesor y luego director de la Escuela Seráfica del convento de Perpiñán, y en 1878 como superior; en 1880 sufrió una nueva expulsión, al haberse decretado en Francia la supresión de todas las órdenes religiosas. Traspasó con sus frailes la cercana frontera española y se estableció en enero de 1881 en Igualada (Barcelona); en 1882 fue reelegido superior de la comunidad. En 1884 se trasladó a Roma, para solicitar la integración en la orden de la rama de capuchinos españoles, escindida en 1804. El nuevo general de los capuchinos, Bernardo de Andermatt, le nombró consejero particular para acometer la reorganización de la orden que quería realizar.
Tiempo después, el papa León XIII le nombró sucesivamente consultor de varias congregaciones. Simultáneamente era examinador del clero de Roma y visitador general de los capuchinos de España; como tal defendió su orden y otras asociaciones religiosas contra el Gobierno, dio disposiciones que permitían la enseñanza en catalán, y se opuso a la supresión de las diócesis de Solsona, Tortosa, Urgell y Vich. También, durante algún tiempo fue profesor de teología moral en el Apolinare de Roma. En 1896 participó en el examen de la validez de las ordenaciones anglicanas y preparó un informe sobre el monje Beda el Venerable, con vistas a su nombramiento como doctor de la Iglesia. En el año 1899 medió en algunos problemas de los católicos suizos como delegado pontificio.
Fue el principal responsable de la organización del Concilio Plenario Latino-Americano entre mayo y julio de 1899, durante el cual recibió el cardenalato, a los cuarenta y cinco años de edad. Poco después fue nombrado miembro de todas las congregaciones romanas y, una vez elegido papa Pío X, de quien fue uno de los principales colaboradores, organizó y fue primer prefecto de la Congregación de Religiosos (1908).
De gran laboriosidad, participó en la redacción de la encíclica Pascendi contra el liberalismo, en la del decreto Lamentabili, y en la publicación del Código de Derecho Canónico. Promovió la formación del clero, especialmente en el Colegio Español y en el Colegio Pío Latino-Americano, y protegió la Alliance des Grands Séminaires ("Alianza de Seminarios Mayores") para aumentar las vocaciones sacerdotales en Francia. Con una salud muy dañada como consecuencia de su dolencia nerviosa y problemas de consciencia, murió con apenas 59 años de edad. A toda la actividad mencionada deben añadirse más de cien obras sobre ascética, biografías, colecciones de documentos, derecho canónico, escrituras, hagiografía, historia eclesiástica, mariología, teología moral y patrística