Director cinematográfico italiano. Procedente de una familia de la alta aristocracia de su país, recibió una esmerada educación. Tras estudiar música durante varios años, afición que conservaría a lo largo de toda su vida, inició su carrera trabajando como diseñador teatral.
En 1935 se trasladó a París, donde colaboró con el cineasta Jean Renoir. En 1942 dirigió Obsesión, su primera película, a la que siguió La tierra tiembla (1948) y Bellísima (1951). Cercano a los principios artísticos del neorrealismo, movimiento que aglutinaba a los más importantes cineastas italianos de la posguerra, dirigió Senso (1954) y Rocco y sus hermanos (1960).
Su obra más ambiciosa, sin embargo, y la que mereció los mejores elogios de la crítica, fue El Gatopardo (1963), en la que presenta un amplio fresco social de las convulsiones que agitaban la Italia del siglo XIX. En La caída de los dioses (1970) interpreta el nazismo desde una exploración intimista en el fenómeno del mal, de marcado signo esteticista.
Como director de teatro introdujo en Italia la obra de Jean Cocteau, Jean-Paul Sartre y Arthur Miller y, en lo referente a sus producciones de ópera, protagonizadas en su mayoría por la soprano Maria Callas, cabe destacar La Traviata (1955) y Don Carlos, presentada en 1958 en el Covent Garden de la ciudad de Londres
(?, c. 1660-París, c. 1720) Guitarrista francés. Virtuoso de la guitarra en la corte, escribió música para su instrumento y Piezas para tiorba y laúd escritas en partitura (1716).