Escritor estadounidense. Ha dejado una obra breve, casi desconocida cuando murió con su esposa en un accidente de automóvil, pero hoy considerada como una de las más innovadoras de la literatura estadounidense. Estudió en la universidad de Brown. Después de la I Guerra Mundial, estuvo en París (1924-1931), donde escribió su primera novela, La vida fantástica de Balso Snell (1931). En Nueva York dirigió un hotel y fue editor asociado, junto con William Carlos Williams, de la revista Contact. La publicación de sus novelas Señorita Corazones Solitarios (1933) y Nada menos que un millón (1934) le atrajo ofertas de Hollywood, donde trabajó escribiendo guiones cinematográficos durante los cinco últimos años de su vida, y publicó su mejor novela, El día del saltamontes (1939), crítica feroz de la vida en Hollywood
(Cecil Isabel Fairfield; Kerry, Irlanda, 1892-Londres 1983) Escritora británica. Después de una breve carrera de actriz en Londres, se dedicó al periodismo político y a la defensa de sus ideas feministas. Adoptó su seudónimo de la obra de Ibsen, Rosmersholm. Dotada de un extraordinario espíritu polémico, escribió ensayos sobre Henry James (1915), D.H. Lawrence (1930), San Agustín (1933) y McLuhan (1969); un extenso reportaje sobre Yugoslavia (Oveja negra y halcón gris, 1941); el ensayo El significado de la traición (1949); un libro sobre el juicio de Nuremberg (A train of powder, 1955) y novelas como El regreso del soldado (1918), Harriet Hume (1929), La fuente rebosante (1957) y The birds fall down (1966)