Médico español. Participó en la primera guerra carlista como médico militar y fue destinado al hospital de Palma de Mallorca. Escribió varias obras, entre las que destacan Historia orgánica de las fuerzas militares de Mallorca desde su conquista en 1229 hasta nuestros días (1862) y Topografía físico-médica de las islas Baleares y en particular de la de Mallorca (1854)
(Palma de Mallorca, 1838 - Madrid, 1930) General español. Sus primeros pasos en el ámbito castrense los dio en el Colegio de Infantería de Toledo y, en 1861, una vez terminados los estudios militares, fue nombrado capitán del Estado Mayor. Dos años más tarde pidió el traslado a Cuba, donde participó en la campaña de Santo Domingo, que le mereció la Laureada de San Fernando por sus muchos méritos. En 1868, ya con el rango de coronel, volvió a Cuba para dirigir el Batallón de Cazadores de Valmaseda
Con la proclamación de la Primera República, Weyler luchó contra los carlistas. Derrotó a Santés en diciembre de 1873, lo que le valió el ascenso a mariscal de campo. Durante la Restauración su ascensión prosiguió, fue nombrado teniente general y se le adjudicó la Capitanía General de Canarias, que ocupó durante el período comprendido entre 1878 y 1883. Años más tarde, en 1888, dirigió la Capitanía General de Filipinas, hasta 1893. En su vuelta a España sirvió en Cataluña, tratando de sofocar los numerosos atentados anarquistas que se producían en aquella ciudad
Cuando la guerrra de independencia cubana se estaba enquistando para el gobierrno canovista, se pensó que Weyler era la figura idónea para mandar las tropas allí destacadas, de forma que, en 1896, llegó a la isla para sustituir al fracasado Martínez Campos. En los planes de Weyler estaba acabar con la insurrección en dos años. Su primer objetivo en la isla era aislar al rebelde Maceo, al que consideraba el más peligroso para los intereses españoles al tener este el apoyo de los negros. De esta manera fortificó una línea que atravesaba la isla de norte a sur. Pero su plan de aislar a Maceo fue un fracaso. La presencia de Weyler hizo, además, que la Junta de Nueva York decidiera mandar más material y armas a la isla en apoyo de los insurgentes. Además, la prensa norteamericana se encargó de que todo el mundo conociera las atrocidades que el general español estaba llevando a cabo.
Cuando en octubre de 1897 el Partido Liberal, encabezado por Sagasta, llegó al poder, una de sus primeras decisiones fue retirar de la posición cubana a Weyler, quien no sólo tenía mala prensa en Estados Unidos, sino también en España. A partir de esos momentos desempeñó diversos puestos en la estructura militar en España; fue nombrado ministro de Guerra durante el período comprendido entre 1901 a 1905, y en 1907. En 1905, ya en posesión de dicho cargo, no obedeció las órdenes del gobierno, ante los continuos ataques que estaba sufriendo el ejército por los numerosos escándalos de corrupción. Los oficiales no estuvieron tranquilos hasta que el rey les garantizó que defendería sus intereses.
En 1909 fue el general que estuvo al mando de la represión llevada a cabo en Barcelona conocida como la Semana Trágica. El 23 de enero de 1910 fue ascendido al rango de Capitán General. En 1916 se hizo cargo de la Jefatura del estado Mayor Central del Ejécito, pero en 1925, con la dictadura de Primo de Rivera, y por su abierta oposición a éste y a su régimen, dimitió de su cargo e incluso tomó parte activa en la sanjurjada que trató de derrocar al dictador.