Compositor argentino. Volcado desde su juventud al mundo de la música, cultivó la composición y, simultáneamente, se convirtió en uno de los principales estudiosos de dicha disciplina artística, a cuya difusión contribuyó notablemente en su país por medio de numerosos textos de naturaleza crítica, didáctica y ensayística. Entre estas obras, cabe recordar aquí las tituladas Teoría de la música, Antología de compositores argentinos y Pensamientos sobre la música
En su faceta de artista e intelectual comprometido con el desarrollo cultural de su pueblo, Alberto Williams desarrolló una infatigable actividad en diferentes instituciones públicas argentinas. Así, fue uno de los fundadores del Conservatorio de Buenos Aires (organismo que también dirigió durante varios años), y presidió la Comisión Nacional de Bellas Artes y la Asociación Argentina de Conciertos.
Entre sus piezas más destacadas, conviene recordar la composición para piano titulada El rancho abandonado, así como otras obras tan aplaudidas por crítica y público como Aires de la pampa, Suites argentinas y la sinfonía La bruja de las montañas. En la actualidad, Alberto Williams es recordado por la que tal vez sea su obra maestra indiscutible, titulada El atajacaminos
(Belfast, 1943) Pacifista irlandesa. Nacida en el seno de una humilde familia (su padre era carnicero), fue propulsora junto a Mairead Corrigan-Maguire de un importante movimiento en favor de la pacificación de Irlanda del Norte. A ambas se les concedió, en 1976, el premio Nobel de la Paz, que compartieron con Ciaran MacKeown. Además, ha sido distinguida con numerosos premios en diversos países, tales como la medalla Carl von Ossitsky de la Liga de Derechos Humanos de Berlín o el Premio Noruego de la Paz; es también doctora Honoris Causa de la Universidad de Yale, en Estados Unidos de América