Físico británico. Dedicado a la fabricación de instrumentos de laboratorio, en su obra Nueva hipótesis del universo (1750) expuso la teoría de que la estructura del Sol es semejante a la de las demás estrellas y avanzó la hipótesis de la formación del universo a partir de una masa gaseosa en movimiento de rotación
(Charlottesville, 1888 - 1939) Narrador y crítico de arte estadounidense. Autor de una de las series de novela negra más celebradas de todos los tiempos (la protagonizada por el detective Philo Vance), firmó todas sus obras de ficción con el pseudónimo de S. S. Van Dine
Volcado desde su juventud al estudio del arte y la literatura, emprendió una exitosa carrera periodística que le convirtió en uno de los críticos de arte más influyentes de su tiempo. En esta parcela de su actividad profesional, destacó sobre todo por la publicación de Modern Painting (1915), un interesante ensayo centrado en el arte contemporáneo. Posteriormente, especuló con la posible evolución del arte pictórico en el ensayo titulado The Future of Painting (1923)
Seguido y respetado por una auténtica legión de lectores que admiraban sus dotes de gran pensador -cercanas, en ocasiones, a la auténtica reflexión filosófica-, a consecuencia de una larga y penosa enfermedad quedó inmovilizado durante un prolongado período de su vida, circunstancia que le llevó a refugiarse en una de las aficiones que conservaba desde su primera juventud: la lectura de novelas policíacas.
Así nació en su imaginación el singular detective Philo Vance, un investigador culto, educado y laborioso que, dotado de una portentosa capacidad analítica y un agudo olfato para indagar en los rincones más hondos de la psicología humana, hizo las delicias de los amantes del género policíaco durante las décadas de los años veinte y treinta. De origen aristocrático, Philo Vance hacía gala además de una brillante locuacidad que proporcionaba a las novelas de S. S. Van Dine una riqueza lingüística poco frecuente en otras narraciones detectivescas
La irrupción de este seductor personaje en el panorama de la novela policíaca norteamericana tuvo lugar en 1925, año en el que vio la luz The Benson Murder Case, la primera novela de la larga serie protagonizada por Philo Vance. Al éxito arrollador de esta entrega le siguieron otros títulos tan significativos como The Canary Murder Case (1927), The Greene Murder Case (1928), The Scarab Murder Case (1930) y The Winter Murder Case (1939), en los que el cortés y perspicaz Philo Vance demostró su capacidad para enfrentarse con todo tipo de criminales, en medio de complejas situaciones sociales y psicológicas que proporcionaban a su saga novelística una entretenida variedad.
En este sentido, S. S. Van Dine contribuyó decisivamente al enriquecimiento técnico del género policíaco, sobre todo a la hora de solucionar lo que los expertos en la materia denominan "el problema del recinto cerrado"
En efecto, por los años en que triunfaban las pesquisas de Philo Vance se puso de moda entre los autores del género la persecución de un objetivo que acrecentaba notablemente las dificultades específicas del género: la limitación espacial de la acción, reducida a un recinto herméticamente cerrado. Se pretendía, así, crear ingeniosos enigmas dentro de una atmósfera asfixiante, de tal manera que el interés del lector quedase siempre pendiente de la capacidad del investigador para resolver el misterio sin salir del lugar en que se había producido, ni contar con ayudas procedente del exterior.
Así, en El visitante de medianoche, S. S. Van Dine presentaba a un asesino que, después de haber dado muerte a su víctima, se servía de un fonógrafo y un complejo mecanismo de relojería para hacer creer a los restantes pobladores de la casa en que se hallaba (el "recinto cerrado") que el muerto aún seguía con vida. Además de la serie dedicada a Philo Vance, S.S. Van Dine escribió otras novelas de gran interés, como su obra primeriza The Man of Promise (1916)