Director de cine estadounidense. Muy joven, a los 16 años, decidió ingresar en la Marina y completó su servicio militar durante la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar la contienda, pasó a formar parte del equipo de ingenieros de la WBC-TV, tras haber acabado sus estudios universitarios.
Bud Yorkin
En la década de los cincuenta, su actividad se centró en los shows y espectáculos de variedades, contexto en el que dirigió a estrellas como Dean Martin y Jerry Lewis, Abott y Costello, The Ritz Brothers o Tony Martin. En 1959 se asoció con Norman Lear en la Tandem Productions. Varias comedias se beneficiaron de esta unión. Lear las escribía y producía y Yorkin se encargaba de la dirección
Nada más comenzar la década de los sesenta, Yorkin se estrenó como director de cine con Frank Sinatra como protagonista y consagró en la gran pantalla el género que le había dado tan buen resultado fuera de ella: la comedia. Gallardo y calavera (1963) fue nominada a la mejor dirección artística. Su siguiente película, El bebé de la discordia (1965), abordaba la maternidad en la edad madura y planteaba ya algunos de los problemas matrimoniales que aparecerían posteriormente en El novio de mi mujer (1967), a partir de una historia de Robert Kauffman, en la que se abordaba la batalla de sexos de un modo inteligente. La recompensa para el texto fue una nominación al Oscar.
Empiecen la Revolución sin mí (1970)
Alan Arkin se metió en la piel del Inspector Clouseau en El rey del peligro (1968), en un intento de convertirse en el sustituto de Peter Sellers que no fue del todo fallido. Empiecen la Revolución sin mí (1970) traspasaba el límite de la comedia para entrar en el peligroso terreno de la parodia. Gene Wilder y Donald Sutherland se convertían en hermanos gemelos en tiempos de la Revolución Francesa. Aún disfrazados con los exagerados parámetros de la parodia, Yorkin conseguía repasar los males de la sociedad, como ya lo había hecho en El novio de mi mujer.
Antes y después de dirigir El ladrón que vino a cenar (1973), un guión co-escrito junto a Walter Hill, Yorkin volvió a la TV en dos ocasiones. All in the Family (1971) fue una de sus colaboraciones con Norman Lear en la que tuvo ocasión de pasar por encima de muchos tópicos característicos de las comedias de situación. What´s Happening! (1976) sigue la vida de tres jóvenes negros que aprenden cosas sencillas -y no tan sencillas- de la vida, mientras crecen en una ciudad del interior
Su siguiente película para el cine, Dos veces en la vida (1985), fue su primer drama; en él se aborda el adulterio de una forma poco convencional, sin un final feliz a la antigua usanza, sin héroes ni villanos. Amy Madigan fue nominada a los Oscar como mejor actriz secundaria, y también fue nominada a los Globos de Oro, esta vez junto a Gene Hackman.
En 1988 recogió el testigo de Arthur, y dirigió la segunda parte, Arthur II: On the Rocks. Dudley Moore vuelve a mostrar el ingenio con el que se hizo cargo del personaje la vez anterior, pero Liza Minnelli obtuvo el premio Razzie a la peor actriz. En Ladrón de corazones (1990) vuelve a tratar el divorcio con una mezcla de tintes cómicos y dramáticos, pero su última película ya no tiene la fuerza de sus anteriores comedias
(Taisho Tenno) Emperador de Japón (Tokyo, 1879-1926). Accedió al Trono en 1912 en sustitución de su padre, Mutsuhito. El Japón ya era por entonces una monarquía constitucional con una economía de mercado moderna y una gran potencia industrial y militar (como había demostrado con su victoria en la Guerra Ruso-Japonesa de 1905).
El reinado de Yoshihito (que adoptó el nombre de Taisho o «gran rectitud») se limitó a consolidar y acentuar esos rasgos, fortaleciendo la Marina japonesa y la penetración comercial en los mercados internacionales.
Japón intervino de parte de los aliados en la Primera Guerra Mundial (1914-18), lo cual le permitió, tras la victoria, obtener en calidad de mandato las posesiones alemanas del Pacífico (islas Carolinas, Marianas y Palaos y base de Tsingtao en China). Enseguida surgió la rivalidad con Gran Bretaña y los Estados Unidos por la hegemonía naval, militar y comercial en el Pacífico.
Yoshihito
La Conferencia de Washington de 1921-22 solucionó temporalmente el conflicto en detrimento de las aspiraciones japonesas, al establecer un equilibrio entre las flotas respectivas, consolidar el statu quo en el Pacífico y la independencia de China, al tiempo que obligaba a Japón a abandonar su presencia militar en Siberia (que mantenía desde su victoria en 1905) y algunas de las posesiones conquistadas en China desde la guerra de 1895.
Por entonces ya gobernaba el país -desde 1921- el príncipe Hirohito, por enfermedad del emperador, que moriría cinco años más tarde.