Pintor griego. Se sabe que era natural de Heraclea, y de las dos ciudades griegas de este nombre, se supone que le vio nacer la del sur de Italia y no la del Ponto. En cualquier caso, pasó la mayor parte de su vida en Atenas, donde fue uno de los pintores más cotizados de su tiempo.
No queda ninguna obra suya, pero las fuentes antiguas le describen como uno de los principales pintores griegos de todos los tiempos. No se conocen obras suyas aunque existen muchas anécdotas a propósito de sus facultades para el realismo. Una de ellas cuenta cómo con motivo de una disputa con Parraso, pintó unas uvas que engañaban a los gorriones. En su Historia natural, el escritor romano Plinio el Viejo afirma que Zeuxis se formó junto a Neseo de Thasos y a Demófilo de Himera y que comenzó a pintar en el cuarto año de la 95 Olimpiada (397 a.C.). Alcanzó tal fama entre sus contemporáneos que Plinio recuerda que llevaba en su capa el nombre bordado con letras de oro
A propósito de Zeuxis, se contaba la fábula -repetida hasta la saciedad durante el Renacimiento- de que para representar a Helena de Troya rogó a las cinco doncellas más bellas de la ciudad de Crotona que le permitieran pintar lo más bello de cada una de ellas. De esta manera inauguró un método para la creación de una belleza ideal que más tarde, habría de convertirse en lugar común de la teoría estética. A partir de esta anécdota, Francisco Pacheco, maestro de Velázquez, explicó la importancia de este recurso en su célebre Arte de la Pintura
Parece ser que estaba especializado en tablas más que en murales (todavía no se pintaba sobre lienzo). A diferencia de su rival Parrasio, cuyas pinturas se caracterizaron por un estilo lineal, Zeuxis desarrolló una técnica a base de luces y sombras para sugerir volumen y profundidad. Plinio constata que pintó "monocromos en blanco", expresión que se refiere a dibujos lineales sobre un fondo blanco o a pinturas blancas sobre fondo negro.
En opinión del autor griego Luciano, parece que Zeuxis consideró la captación de los efectos lumínicos como su mayor descubrimiento. Por eso, este autor, comenta a propósito de la obra de Zeuxis, La familia del centauro, que al maestro no le agradó la reacción de un público, más interesado en su temática innovadora que en cuanto había de novedoso y artístico en el manejo de la luz, por lo que retiró esta obra de la sala en la que se exhibía. La tabla Zeus en su trono rodeado de todos los dioses está considerada, junto al retrato de Helena, como su obra maestra
Zeuxis ejerció una enorme influencia en la pintura griega y romana de la antigüedad, aunque sus pinturas fueran criticadas por Aristóteles a fines del siglo IV a.C.; según el filósofo, Zeuxis prefería el pathos (expresión dramática) al ethos (carácter, psicología de los personajes). A pesar de estas reservas, mantuvo alto su prestigio. Según la leyenda, Zeusis murió de risa mientras estaba pintando a una vieja de aspecto cómico, y esta anécdota constituyó en ocasiones un modelo para posteriores autorretratos de artistas. Así, el pintor holandés Aert de Gelder (1645-1727) se pintó a sí mismo como Zeusis (Autorretrato, 1685, Städelsches Kunstinstitut, Frankfurt). También el autorretrato de Rembrandt riéndose, que se conseva en el Wallraf-Richartz-Museum de Colonia (hacia 1665) se ha interpretado de este mismo modo
(Roma, 1918 - id., 9 enero 2000) Arquitecto y teórico de la arquitectura italiano. Formado en la Graduate School of Design de Harvard, ha sido el principal defensor e intérprete italiano de la arquitectura y el pensamiento de F.L. Wrigth. Entre sus realizaciones cabe recordar la biblioteca Einaudi, en Dogliani (1962-1963), y el del pabellón italiano de la exposición de Bruselas (1967). Destacan, en su importante obra teórica, Hacia una arquitectura orgánica (1945), Saber ver la arquitectura (1948), Arquitectura e historiografía (1974) e Historia de la arquitectura moderna (1975)