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Biografía de Zhu Rongji

Changsha, provincia de Hunan, 1928

Político chino, primer ministro de la República Popular China desde 1997 hasta 2003. Su gestión al frente del Gobierno continuó la línea de desarrollo económico y reformas capitalistas que caracterizó al país asiático durante la década de 1990 y de la que él mismo fue impulsor como viceministro para asuntos económicos, mientras en política exterior ha alcanzado notables éxitos, entre los que destaca el ingreso de China en la Organización Mundial del Comercio, convirtiéndose además en un líder carismático y apreciado por la diplomacia occidental

Zhu Rongji nació en el seno de una familia de propietarios rurales y recibió una cuidada formación cultural, aunque la temprana muerte de sus padres y las penalidades de la larga guerra contra Japón (1937-1945) no hicieron nada fácil su juventud. En 1945 ingresó gracias a una beca en la elitista Universidad Qinghua de Pekín, donde estudió ingeniería eléctrica, y tras la ocupación comunista de la capital, en octubre de 1949, se afilió al Partido, pasando inmediatamente a trabajar como subdirector de planificación económica en el Departamento Industrial del Nordeste.


Zhu Rongji

En 1952 fue asignado a la Comisión Central de Planificación, en Pekín, para ayudar a elaborar el Primer Plan Quinquenal del régimen, previsto para el periodo 1953-1957: Zhu sirvió en las oficinas de Combustibles, Energía, Industria Mecánica, y finalmente, ascendió al cargo de jefe del gabinete de la Dirección de la Comisión, pero sus críticas al programa de colectivizaciones (el Gran Salto Adelante) lanzado por Mao Zedong en 1958 le llevaron a ser acusado de "elemento derechista", desposeído de todos sus cargos y enviado a un campo de trabajo para su "reeducación política"

Rehabilitado en 1962, no recuperó sin embargo su anterior rango, teniendo que desempeñar funciones muy por debajo de su capacidad profesional. Durante la Revolución Cultural China volvió a ser objeto de las purgas ordenadas por Mao contra los cuadros tecnócratas e intelectuales del Partido, de forma que entre 1970 y 1975 fue obligado a realizar trabajos agrícolas manuales; sólo el fallecimiento de Mao y la definitiva toma del poder por parte del sector moderado del Partido, representado en la persona de Deng Xiaoping, le permitió a Zhu recuperar en parte su antiguo estatus, pasando a ejercer la dirección del Instituto de Economía Industrial y un puesto de ingeniero jefe dentro de una compañía energética dependiente del Ministerio de Industria Petrolera

En 1979 fue transferido a la Comisión Económica Industrial, organismo del que fue nombrado vicepresidente en 1983; a partir de entonces se convirtió en una pieza fundamental en la política económica de puertas abiertas propugnada por Deng Xiaoping, quien premió su valía promocionándole políticamente: así, en 1987 fue elegido miembro suplente del Comité Central del Partido e incorporado a su cúpula de Shangai, donde al año siguiente fue nombrado secretario general local y alcalde de dicha ciudad, en sustitución del futuro presidente Jiang Zemin.

La gestión municipal de Zhu se caracterizó por el continuismo en la política de vertiginoso desarrollo económico y urbanístico de esta metrópolis iniciada por su predecesor en el cargo, para lo cual se ayudó de un Consejo Asesor formado por empresarios extranjeros. También combatió duramente la corrupción en el seno de la burocracia del Partido, y demostró su habilidad política durante el movimiento democrático de 1989: aunque formalmente apoyó la represión llevada a cabo por el Ejército en Pekín, con lo que evitaba caer en desgracia como otros líderes comunistas, logró contener sin violencia las protestas en Shangai con una actitud tolerante

En abril de 1991 fue nombrado viceprimer ministro con competencia en asuntos económicos y al año siguiente, tras el crucial Decimocuarto Congreso Nacional del Partido, ingresó como miembro permanente en el Politburó, lo que venía a significar una apuesta definitiva de Deng Xiaoping por el sector reformista y la plena confianza en la capacidad de Zhu Rongji para dirigir la transformación de la economía china. En 1993 también fue nombrado gobernador del Banco Popular, y en 1994, director del Instituto de Gestión Económica de la Universidad de Pekín.

Durante los años noventa, Zhu tuvo que hacer frente a problemas como la alta inflación, que logró estabilizar en 1996 mediante una política monetaria austera, la corrupción, la reconversión del sector empresarial estatal, el espectacular crecimiento del desempleo o la crisis financiera asiática, dificultades que plantearon serios interrogantes sobre el éxito de la liberalización

Zhu Rongji fue el principal triunfador en el XV Congreso del Partido (septiembre de 1997), que le eligió sucesor del conservador Li Peng como primer ministro de la República, y en consecuencia, virtual número dos del régimen después de Jiang Zemin. Sus principales objetivos de Gobierno fueron lograr la inclusión de China en la Organización Mundial del Comercio, conseguido finalmente en 2001 tras la firma de un preacuerdo en mayo de 2000, recortar el tamaño del sector público, suprimió doce ministerios y cuatro millones de empleos públicos, continuar la política liberalizadora, así como mejorar las relaciones bilaterales con las principales potencias mundiales; en este contexto se situaron sus visitas oficiales a Francia (abril de 1998), Rusia (febrero de 1999), Estados Unidos (abril de 1999) y Alemania (junio de 2000), además de una gira por el Sudeste de Asia, en noviembre de 1999. En marzo de 2003, la X Asamblea Nacional Popular aprobó el nombramiento de Wen Jiabao como nuevo primer ministro, en sustitución de Rongji

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(Yuhsi, provincia de Fujian, 1130 - ?, 1200) Filósofo chino considerado el padre de la escuela neoconfuciana. Realizó una síntesis de este pensamiento filosófico que estuvo en la base de posteriores interpretaciones y se convirtió en la versión ortodoxa más aceptada bajo las dinastías Yuan, Ming y, sobre todo, Qing (siglos XVII-XX)

Hijo de un funcionario de provincias, Zhu emprendió la carrera civil y llegó a su más alto grado con tan sólo dieciocho años. Su primer puesto en la administración imperial Song fue como secretario en Tung-an, localidad situada en su provincia natal, cargo que ejerció entre 1151 y 1158; durante este período su trabajo se centró en la gestión de los asuntos locales, aunque parece ser que mostró capacidad e iniciativa en la mejora de servicios como la escuela y la biblioteca.

Al abandonar dicho cargo en Tung-an no volvió a ejercer función pública alguna en los siguientes veinte años, un largo espacio de tiempo que dedicó a formar su pensamiento intelectual. Fue también en esta época cuando redactó varios memorandos sobre problemas generales del Imperio que hizo llegar hasta el emperador, e incluso escribió un código de protocolo ceremonial que no llegó a conocerse.

Definitivamente adscrito al culto confucionista dominante, Zhu se empapó de las enseñanzas impartidas por los maestros escolásticos más prestigiosos del siglo anterior, como Zhou Dunyi (1017-1073), Zhang Zai (Chang-tsai, 1020-1077) y Cheng Yi (1033-1107), cuyos trabajos recopiló y que influyeron decisivamente en la configuración de su doctrina. Trabó amistad con el pensador Li Tung, junto a quien estudió el modo de recuperar las antiguas enseñanzas de Confucio e integrarlas en un sistema metafísico capaz de equipararse al taoísmo y el budismo

En 1179 volvió a ocupar un cargo burocrático como prefecto en Nanchang (provincia de Jiangxi), pasando a ocuparse de temas más terrenales, como la administración de los asuntos locales, los avances tecnológicos en agricultura, la fundación de escuelas, etc. Su mayor contribución en este aspecto fue la rehabilitación de la Academia de la "Gruta del Ciervo Blanco", que databa de la época Tang. Sin embargo, no abandonó la actividad puramente intelectual, como prueba la intensa correspondencia que mantuvo con otros pensadores. Es asimismo célebre la controversia que sostuvo con Lu Chiu-yuan acerca de la importancia del autoaprendizaje.

En 1188 volvió a escribir otro de sus memorándum dirigidos al soberano, en el cual le expuso su teoría sobre el gobierno moral, y parece ser que su opinión fue muy tenida en cuenta por los gobernantes Song, que en varias ocasiones le convocaron para que acudiese a la Corte; no obstante, el talante crítico de Zhu y su intolerancia hacia las prácticas corruptas e incompetentes terminaron por granjearle enemigos poderosos, pasando sus últimos años apartado de la actividad pública. Pese a todo, el prestigio de Zhu no disminuyó, y sus comentarios se convirtieron en una referencia obligada para el estudio de la filosofía confuciana al poco de su muerte, como demuestra el hecho de que fuesen incorporados al programa oficial del sistema de exámenes ya en tiempos de la dinastía Yuan (principios del siglo XIV)

La contribución filosófica esencial de Zhu Xi fue proporcionar una síntesis global de la cuestión que siempre había ocupado a los filósofos chinos, la relación del individuo con el universo que le rodea, a través de la compilación y comentario de los escritos confucianos más importantes de la época clásica: las Analectas de Confucio, o Lunyu; el Zhongyong (Doctrina del término medio); el Gran Aprendizaje o Daxue; y la obra de Mencio (372-289 a.C.). Todos ellos, considerados por Zhu la expresión esencial del pensamiento confuciano, fueron agrupados por él en los Cuatro Libros (1177), una renuncia expresa a la visión confuciana que había dominado en las épocas Sui y Tang, y por tanto la recuperación de los clásicos anteriores a la era Han

La cosmogonía expuesta por Zhu presentaba una doble vertiente, de un lado, los principios inmutables de la forma o li que configuran la materia, o qi; de otro, el Tao (Camino) para alcanzar la autoperfección, concepto que recuperó de Mencio. En el pensamiento confuciano, el Tao no era entendido en el sentido taoísta -el origen de todas las cosas- , sino como el principio sobre el que el sabio debe guiarse para la consecución de una rectitud moral infalible. Según su visión, el único modo de conseguir llegar al Tao es mediante el esfuerzo personal, la autodisciplina, la observancia de las costumbres y los ritos, o el aprendizaje continuo; en definitiva, implicaba un regreso a los antiguos valores preconizados por los clásicos

Aunque su doctrina era netamente elitista, Zhu no descuidó la atención sobre el orden social, campo en el que recuperó una institución intermedia entre la familia y el Estado, llamada Xiangyue (Pacto Comunitario). El Pacto Comunitario debía vertebrar las relaciones en el seno de la sociedad regulando hasta el más mínimo detalle, y crear una así un medio ambiente propicio para que cada individuo alcanzase por sí mismo la perfección. Zhu también se interesó por la historia, siendo su trabajo más destacado en esta rama del saber el Tung-chien kang-mu (1172), un resumen de una obra suya anterior, basada a su vez en el manual del historiador Ssuma Kuang, que sirvió de referencia obligada para posteriores trabajos sobre la historia de China.

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